La dificultad que algunos/muchos pacientes encuentran para con los nombres de los medicamentos motivó algún que otro post de este blog, y desde luego que serán muchos más, a juzgar por la frecuencia de las anécdotas que, en ese sentido y por tal motivo, surgen cada día en la consulta...
Algunos pacientes atisban este problema con su total pasotismo para con el tema, en otros podremos adivinar el esfuerzo en su empeño por recordar, a modo de socorrida regla mnemotécnica, alguna cosa del cotidiano que suena parecida o igual.
Son aspectos que vienen a enfatizar en la aureola detectivesca que se le supone al médico, el cual y no contento con investigar entre los síntomas para dar con el diagnóstico, también habrá de adivinar el preparado administrado, basándose en pistas como el color de la pastilla, el tamaño de la caja o los parecidos fonéticos del nombre comercial.
En estos días fui testigo en primera línea de las escenas que paso a contaros. Doy fe de que ocurrieron, por bizarras que os puedan parecer:
1 -. Necesito que recuerde cual fue el antibiótico que le recetaron en urgencias? -. ¡Sí que me acuerdo!. Me recetaron Amos y ciclina de la clavívula, o algo así... (por Amoxicilina Clavulánico) 2 -. Y dígame, tomó Ud. algo para esos ardores de estómago? -. Teníamos unos sobres del Maricón ese que anuncian en la tele! (Por Gaviscón)