Controlar el color de los mocos, tanto en adultos como en niños, resulta muy importante, ya que es una clara señal de la enfermedad que estás sufriendo. En el caso de los mocos amarillos, lo más seguro es que tengas una sobreinfección y tu organismo esté luchando para impedirla. Hay diferentes escenarios posibles en relación al color de los mocos: blanco, amarillo, verdoso, rojizo, marrón, negro y transparente.
En condiciones normales, los mocos no son muy sólidos ni muy líquidos, de modo que se mantienen en la nariz. El hecho de que sean pegajosos se debe a que las partículas de la contaminación o los microorganismos se quedan pegados a ellos. Así, su color blanco original puede tomar diferentes tonalidades en función de cuál sea la sustancia que se adhiera a ellos.
¿Qué son y por qué se producen los mocos?
El moco tiene como función principal la de proteger al aparato respiratorio de agentes externos: microorganismos, polución, alérgenos, etc. Actúa de forma similar a una tela de araña, atrapando cualquier tipo de agente de este tipo. Luego, los cilios de las células epiteliales se encargan de arrastrarlos hacia el exterior en forma de mucosidad.
Esta sustancia se compone en su mayor parte de agua. Además, contiene una mezcla de distintos lípidos, mucopolisacáridos, inmunoglobinas y glucoproteínas. El moco lo generan las células epiteliales en el aparato respiratorio.
Es completamente normal tener mucosidad a diario ya que esta sustancia actúa a modo de barrera defensiva. El problema llega cuando la cantidad es superior a la habitual, el moco se vuelve demasiado espeso, o cambia de color.
La importancia del color de los mocos
Los mocos se pueden clasificar en función del color. Cuando este no es blanco, significa que hay una infección en el organismo. Cuando dicha infección es de carácter leve, su color es amarillento.
Mientras, los mocos amarillos responden a un ataque microbiano más fuerte. Cuando la tonalidad es verdosa, al infección es todavía más potente. Y, si los mocos son negros, pueden deberse a una infección provocada por hongos.
- Transparente: generalmente, el moco es de color transparente. No obstante, en ocasiones también puede ser un síntoma de enfermedades como los resfriados.
- Amarillo: cuando esta sustancia es de color amarillo, significa que el organismo está luchando contra una infección.
- Marrón: el moco marrón es un claro indicativo de que el cuerpo ha limpiado las vías respiratorias de sustancias como el alquitrán, la nicotina o el polvo.
- Rojizo: si el moco es de color rojizo, indica que hay restos de sangre en él. No es extraño cuando se inflaman las mucosas nasales a causa de un catarro. Si estos mocos se acompañan de flemas con sangre es necesario acudir al médico.
- Negro: en cuanto al moco de color negro, generalmente se da después de inhalar humo en un incendio o tras pasar un largo periodo de tiempo en ciudades muy contaminadas.
¿Qué son los mocos amarillos?
La razón por la que esta sustancia se vuelve de color amarillo es por el alto contenido en glóbulos blancos, los cuales se encargan de combatir los microorganismos de la infección.
Los glóbulos blancos son los encargados de combatir y eliminar microorganismos y bacterias para hacer frente a la infección. El color amarillo en la secreción nasal también indica que el organismo se encuentra en proceso de curación. Lo más seguro es que al cabo de dos o como máximo tres semanas los mocos vuelven a ser transparentes y, además, se presentarán en menor cantidad.
Si los mocos amarillos se acompañan de flemas a la hora de toser, esta sustancia es otra señal del sistema defensivo del organismo para expulsar los agente dañinos.
Causas de los mocos amarillos
Tal y como hemos señalado, el color del moco es un claro indicativo de tu estado de salud. Si en algún momento segregas mocos amarillos, debes saber que sufres algún tipo de virus o infección en la garganta. Aunque no es muy habitual, la infección también se puede localizar en otras zonas del cuerpo, como los oídos o la cabeza.
Resfriado común
El resfriado común es una de las enfermedades más habituales en todo el mundo, tanto en niños como en adultos. Aunque puede darse en cualquier momento del año, es más frecuente en invierno. El virus responsable del resfriado se propaga a través de minúsculas gotas que quedan en suspensión cuando una persona enferma tose o se suena la nariz.
Los síntomas más comunes de este trastorno son: mucosidad, congestión nasal, estornudo, dolor de garganta, tos intensa y migraña. En la gran mayoría de casos el resfriado desaparece pasados unos pocos días. El tratamiento consiste en descansar, beber muchos líquidos y tomar medicamentos que alivien los síntomas.
Sinusitis
La sinusitis es una enfermedad en la que se inflama la mucosa de los senos paranasales a causa de una alergia o un microorganismo. A pesar de no ser un trastorno de carácter grave, sí resulta muy molesto porque causa dificultad para respirar.
Los síntomas más frecuentes de la sinusitis son el dolor en forma de presión en la parte superior del rostro, así como la secreción nasal. Además, hay quienes sufren cansancio, fiebre, tos intensa y dolor de cabeza. En el caso de la sinusitis aguda, su duración es inferior a las 12 semanas.
Bronquitis
La bronquitis es como se denomina a la inflamación de los bronquios. Los bronquios son los conductos encargados de transportar el aire tanto hacia como desde los pulmones. Ante la inflamación, la cantidad de aire que entra y sale de los pulmones es menor. Es por ello que uno de los síntomas más habituales de esta enfermedad es la expulsión de flemas.
El contagio se suele producir a través del aire, cuando una persona con bronquitis estornuda o tose. También puede darse el contagio a través de contacto directo, con la piel de una persona o superficie. Respecto a los síntomas propios de la enfermedad, la bronquitis causa tos, mocos amarillos, dificultad respiratoria y fiebre.
Alergia
Los mocos amarillos también pueden deberse a una reacción alérgica al polen o a la caspa de un animal, por ejemplo.
Síntomas que acompañan a los mocos amarillos
En la gran mayoría de casos los mocos amarillos aparecen acompañados de otros síntomas como tos intensa y flemas. Debes prestar especial atención a si las flemas contienen o no restos de sangre. De ser así, podrían ser un síntoma de una enfermedad de aparato respiratorio más grave.
Si los mocos amarillos duran más de una semana, aumentan de cantidad de forma progresiva o cambian de espesor, es recomendable que consultes al médico.
Tratamiento
Hay determinadas causas que pueden provocar los mocos amarillos. El tratamiento consiste en beber grandes cantidades de agua para favorecer la descongestión nasal. Además, puedes tomar ciertos fármacos de venta libre para ayudar a la descongestión.
Por supuesto, los remedios caseros a base de plantas e ingredientes naturales pueden resultar de gran ayuda para reducir de forma notable la cantidad de moco amarillo y, así, aliviar los síntomas.
Remedios caseros
Si tienes mocos amarillos, debes saber que hay una serie de remedios caseros que pueden ayudarte a acelerar el proceso de curación y eliminación de las bacterias. Son remedios elaborados con ingredientes 100% naturales y que resultan de lo más efectivos.
Humidificador
Lo primero y más importante es instalar un humidificador en tu dormitorio. De esta forma, el ambiente que respirarás mientras duermes será mucho más húmedo, lo cual te será de gran ayuda para aliviar el malestar y evitar la sequedad de garganta. Además, un ambiente con niveles de humedad óptimos favorecerá la descongestión de la nariz.
Infusiones
- Sauco: el sauco es una planta con propiedades antiinflamatorias y antisépticas. Con sus flores puedes elaborar una infusión casera para combatir los mocos amarillos. Además, si la causa es el resfriado común, te ayudará a aliviar la tos.
- Salvia: la salvia se caracteriza por su alto contenido en vitaminas A y C, de modo que fortalece el sistema inmune. Además, es antiinflamatoria y antibacteriana.
- Jengibre: el jengibre es uno de los ingredientes naturales con mayores propiedades medicinales: antibiótico, antitusivo y antiinflamatorio. Esta es una infusión expectorante, que te vendrá muy bien para eliminar la mucosidad y fortalecer el sistema inmune.
- Melisa: si además de mocos amarillos tienes tos y dolor de cabeza, la infusión de melosa es perfecta para tí. Un remedio casero antibiótico y analgésico, que te ayudará a eliminar la mucosidad y desinflamar las mucosas.
- Tomillo: el tomillo resulta muy efectivo para combatir cualquier tipo de infección. Si tienes fiebre, esta infusión reducirá tu temperatura corporal, al tiempo que descongestiona la nariz.
Alimentos
Si notas tu nariz muy congestionada, hay un remedio casero que resulta de lo más efectivo: masticar un ajo crudo a primera hora de la mañana, en ayunas. Además, el ajo es un alimento con propiedades antibacterianas y antibióticas, de modo que te vendrá muy bien para combatir las bacterias.
Del mismo modo, los alimentos picantes tienen un gran efecto descongestionante. Sin abusar de ellos, te ayudarán a eliminar la congestión nasal.
Enjuage
Si quieres decir adiós a los mocos amarillos de una vez por todos, prueba el siguiente remedio casero: enjuaga las fosas nasales con una solución a base de agua y sal marina. Conseguirás respirar mucho mejor y eliminar la mucosidad.
Por último, cabe destacar que los mocos, cuando se presentan en la cantidad, color y textura adecuada, son una señal de que gozas de un buen estado de salud. De no ser por ellos, tu sistema respiratorio estaría expuesto a todo tipo de infecciones. Son por tanto una excelente barrera protectora gracias a las células defensivas y a los anticuerpos.
Así que, a partir de ahora, presta atención al color de los mocos. Y, recuerda, si son mocos amarillos, significa que tu organismo está luchando ante una infección. Lo más probable es que notes una gran sensación de cansancio durante un par de semanas, pero en principio no es un síntoma grave para tu salud.