Sin embargo, reconozco que se trata de un tipo de cuello que es adorado por algunos y odiado por otros, ya que muchas veces se le acusa de ser agobiante, no dejar respirar… Por otra parte, las partidarias del mismo lo defendemos señalando sus virtudes y es que no sólo abriga sino que además, da un toque muy sofisticado y elegante.
Siendo objetiva no tengo más remedio que reconocer que este cuello tiene un gran inconveniente y es que que tiende a acortar el cuello por lo que puede resultar poco favorecedor. No obstante, existen trucos que podemos usar para poner a nuestro servicio prendas que, en un principio, pueden no resultarnos muy favorecedoras. Así, si vemos que el cuello de cisne nos acorta el cuello la solución es usar como complemento un collar bastante largo y con aspecto ligero.
En el caso de que no nos veamos con un cuello de cisne, no hay que desesperar: hacernos con un jersey de pico y combinarlo con una bufanda puede ser la clave para estilizar el cuello sin pasar frío y es que para presumir ya no hace falta sufrir.
¡Que tengáis un muy feliz fin de semana!
Ginebra
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