
Recuerdo que ni bien la abrí en casa, compartí con amore la producción que más me impactó y su primer comentario fue: "las fotos son increíbles, pero no se ve la ropa" y ahí me encontré explicándole que en moda se apela a estos relatos tipo artísticos para contextualizar las colecciones en un marco de referencia que excede la simple pasarela o el del infinito blanco con la modelo delante; que los estilistas y directores de arte se esfuerzan para dotar de un impacto visual mayor a la propuesta y se busca generar belleza inspiracional. La nota en cuestión se llama "Once upon a time. Escape into the woods in fairy-tale fashion", fotografiada por Erik Madigan Heck y el estilismo de Leith Clark. Díganme ustedes si no es una maravilla esta producción...

¿Es la moda un arte? ¿Por qué no? Un vestido exquisito de alta costura funciona como una pieza artística, tiene la perfección y el trabajo de verdaderos maestros del diseño, la confección y los oficios más especializados. Y en ese contexto, la fotografía también lo es ya que ocupa lugares destacados en los grandes museos del mundo; incluso muestras como la de Mario Testino que estuvo en nuestro país el año pasado demuestran que cada vez más este registro es legitimado como una obra artística. Si se ve o no la ropa pasa a un plano secundario, porque lo que narran estas fotografías son una historia, un cuento de hadas en el bosque y transmiten sensaciones propias de ese imaginario. Lógico que la industria necesita vender: los creadores y marcas, sus prendas; las revistas, pauta publicitaria; así que en el equilibrio está la clave para que la moda pueda seguir jugando a dos puntas: como arte y como negocio. Esa es mi conclusión, ustedes qué opinan? Espero sus comentarios, me va a encantar leerlos. Buen finde, amig@s :>