Warner colgó en los afiches de los cines un zapato con taco aguja que desinfla la pelota del Mundial. Es que hoy se estrena
Sex and the City 2, que vuelve con más "moda", más brillos y aventuras, esta vez, lejos de
Nueva York y bajo el sol ardiente del desierto. Sin duda, una buena oportunidad para parar la pelota y regalarse más de dos horas de film a todo trapo. O a toda túnica. Ya que el vestuario, a cargo de
Patricia Field, tuvo un costo de 10 millones de dólares.
A diferencia de la primera película, estrenada hace dos años,
Sex and the City 2 resulta más divertida, chispeante y fiel a la serie, ahora con una Carrie que usa apellido de casada y teme convertirse en presa de la rutina, el sillón y la tele de su departamento, y del servicio de delivery de comida china.
Guste o no el argumento, lo que no falla es el vestuario siempre tan comentado de
Field. Aun así con los hombros cubiertos, que impone la cultura de
Abu Dhabi (donde se iba a filmar originalmente, y cuyo ambiente se recreó en Marruecos), donde pasan unas vacaciones gracias a la invitación de un jeque generoso, el despliegue de vestuario es descomunal. Como salidos de la lámpara de Aladino, ya que los cambios de ropa se suceden incluso en medio del desierto. Como una suerte de producción de moda en camellos con más de
Vogue y Vanity Fair que de tour a lo National Geographic.
Si en
Sex and the City 1 deslumbraron los trajes de alta costura, como los de las pruebas de Carrie en su frustrado casamiento, aquí lo hacen mil y un vestidos y túnicas de seda con estampas étnicas, colores vibrantes, bien rematadas con brillantes plateados o dorados. Algo que al consagrado diseñador de accesorios argentino
Rodrigo Otazu, residente en Nueva York, le vino como anillo al dedo.
Field le encargó brazaletes, aros con cristales de varios colores, collares con brillo. Y, además, el cinto bordado de uno de los strapless más sensuales de la película.
Tampoco falta el
estilo safari de lujo. Así se ve a Samantha, con
babuchas con paillettes, o a Carrie, con
chaleco y collar de perlas con un brillante, también creación del diseñador argentino Los zapatos pisan fuerte en cada escena.
Tacos altos a toda hora. Altísimos, imposibles para cualquier mortal (hay más de
Louboutin que de
Blahnik). No obstante para ellas, aptos para corretear por el suelo adoquinado de un mercado de especias y alfombras mágicas.
Vintage de lujo
Tanto Carrie como Miranda, Samantha y Charlotte lucen en toda la película marcas de lujo. Se ven diseños de
Roberto Cavalli, como el vestido azul eléctrico con piedras en el cuello, que lleva Samantha, o el caftán verde y amarillo que lleva Miranda en el desierto.
Está presente también lo vintage, casi en un 25%del vestuario. Como la falda blanca
Valentino que usa Charlotte mientras prepara muffins con sus hijos. O la remera negra de
Christian Dior que luce Carrie en la Medina, acompañada por una pollera violeta que es nada menos que el interior de un vestido de fiesta floreado
Zac Posen. ¿Carteras? Samantha arma un escándalo con una Birkin (
Hermès, claro), y Miranda desayuna con una
Ferragamo amarilla. En manos de Charlotte, una
lady Dior rosa.
Como directora creativa de
Halston,
Sarah Jessica Parker hizo de modelo de sus propios vestidos. En la primera escena irrumpe con uno blanco muy neto; más tarde, con uno violeta plisado y otro largo en naranja. Algunos de los tantos cambios de estos guardarropas a prueba de fiestas y viajes. Carrie se cambió 40 veces.
Fuente: Gabriela Cicero para
La Nacion
Fotos: Sex and the City2.El closet.
Nota de Autor: Esta serie me cautivo desde el primer momento ya que cuenta historias de mujeres reales con problemas reales, y de alguna manera todas en algun capitulo nos sentimos identificadas, muero por ver esta, la segunda pelicula ya que estoy segura que sera un deleite no solo por el argumento sino por el increible vestuario que muestran estas cuatro estupendas actrices!!.Sigue la Moda y Tendencia mundial en http://www.modaencordoba.com