Modelos para eventos sostenibles (VII) La Economía del Bien Común

Por Juanjo Amate Juanjo Amate @tehagoeco

Hasta ahora, en la revisión de diferentes modelos que pueden ser usados para el desarrollo de eventos sostenibles, nos hemos fijado en normas o protocolos específicos o no, pero que reunían un conjunto de acciones a realizar en base a las cuales se establecía el correcto desempeño de una organización en cuanto a lograr aplicar la sostenibilidad en el desarrollo de un evento, lo que llamamos hacer un evento sostenible.

Sin embargo no se trata de usar exclusivamente aquello que la industria de los eventos propone, ya sea en USA, Alemania o en Reino Unido, sino de mostrar referencias que consigan el objetivo fundamental, lograr que la sostenibilidad tenga un papel protagonista a la hora de desarrollar un evento asi que ¿por qué no usar otros modelos que a priori pudieran parecer muy alejados de los convencionales para un evento sostenible? Por ejemplo, el caso del modelo de la Economía del Bien Común.

Y es que tal y como señalábamos cuando hace unos meses hablábamos de la Economía del Bien Común en Sostenibilidad para Dummies, se trata de un sistema que lo que busca es otorgar una determinada puntuación a un proyecto o comportamiento a lo largo de un periodo de tiempo de una organización o empresa, por tanto, perfectamente aplicable a la organización y desarrollo de un evento y mucho mejor si este se realiza de forma periódica.

La Economía del Bien Común aplicada a eventos sostenibles ¿por donde empezar?

Como bien señalábamos en el artículo anteriormente señalado, basta con tomar los requisitos recogidos en la Matriz del Bien Común y analizar de qué manera se van a abordar dentro del desarrollo del evento. Por tanto no se trata sólo de valorar una vez se haya realizado que nivel de desempeño, medido a través de la puntuación, se ha obtenido, sino de planificar todo el evento de acuerdo a unos criterios que se quieren cumplir.

Hay un detalle importante, algo que se ha señalado en mucho de los modelos ya analizados ha sido precisamente el enfoque parcial que realizan sobre la sostenibilidad, muy centrado en criterios ambientales. En la Economía del Bien Común es sencillo tomar un enfoque mucho más amplio, basta con asumir como compromisos los requisitos de las columnas Dignidad Humana, Solidaridad, Justicia Social y Participación Democrática y Transparencia, y no sólo los de Sostenibilidad Ecológica para tener un enfoque mucho más amplio sobre la sostenibilidad del evento.

Y como sabemos, en ellos se incluye tanto el comportamiento de la propia organización, en este caso la vinculada al desarrollo del evento, como la gestión ética de los suministros y las finanzas, es decir, que abarca su radio de influencia a otros agentes que de manera secundaria, podrían influir sobre la sostenibilidad del evento.

La Economía del Bien Común aplicada a eventos sostenibles: Cuestiones importantes

 Y es que si de por sí todos los criterios hay que tomarlos en su contexto, y es que están pensados para una empresa “al uso” que fabrica productos, hay un criterio que llama la atención por ser de los que tienen un valor negativo, el de la Obsolescencia Programada o vida del producto corta. Está claro que en el caso de empresas u organizaciones de servicios ya este criterio puede no acabar de encajar, pero es que en un evento de ninguna manera lo hace, pensemos que se trata de un conjunto de actividades efímeras que por tanto tienen una obsolescencia más que programada.

De la misma manera, hay que señalar que la propia filosofía de la Economía del Bien Común busca, más que distinguir a través de un distintivo o certificado, incentivar a las empresas y organizaciones a desarrollar unos procedimientos de gestión encaminados a la sostenibilidad. Y dentro del proceso de supervisión de este comportamiento entra en juego el entorno a traves de otras organizaciones igualmente implicadas que son las que realizan el proceso de valoración y otorgan las puntuaciones, por tanto, como tal, en la Economía del Bien Común no hay un distintivo o certificado, aunque sin embargo si que se logra una mayor vinculación del evento sostenible con su entorno y los grupos de interés, algo que aparece como requisito en la norma ISO 20121 y que aquí forma parte de la propia filosofía del modelo de la Economía del Bien Común, no se entendería de otra manera.

La Economía del Bien Común aplicada a eventos sostenibles: ¿Una utopía?

Pues a priori puede parecerlo, pero en la práctica es imposible saber si algún día llegará a existir un evento sostenible en el que la referencia tomada a la hora de desarrollar y evaluar la sostenibilidad del mismo hayan sido los requisitos de la Matriz del Bien Común.

En teoría es perfectamente aplicable, ya sea a una empresa organizadora de eventos, ya sea a un evento periódico. Los criterios están más que claros, tienen un valor asignado claramente definido y permiten ir aumentando el nivel de desempeño, desde el de Principiante hasta el de Ejemplar, por tanto permite ir mejorando el cumplimiento de manera contínua en el tiempo.

Pero la realidad es que si ya es dificil, aunque cada vez menos, encontrar empresas y organizaciones que hayan desarrollado este modelo de la Economía del Bien Común como referencia estratégica, en la industria de los eventos no es una excepción, por tanto queda aún para que pueda llegar a ser un modelo aplicado en un evento sostenible.

@tehagoeco

Creamos y hablamos de eventos sostenibles.

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