Rama: humor, fantástica
Edición: Alfaguara, 2010
Valoración: 3 sobre 5
Frankie Stein tiene tan sólo quince días de vida porque su padre, un importante investigador, la ha fabricado uniendo sus miembros con costuras. Pertenecen a la larga estirpe de los Frankestein, algo de lo que Frankie se siente muy orgullosa, salvo cuando la gente tiende a asustarse al ver el color verde de su piel y los dos tornillos que sobresalen de su cuello. Para evitar problemas, deberá fingir ser una “normi” como los demás chicos del instituto Merston High, ocultando su verdadera naturaleza monstruosa. También será el primer día de clase para Melody Carver, quien se ha mudado con sus padres desde Beverly Hills a Salem. Su progenitor, cirujano plástico, le ha operado la horrible nariz que tenía (y que era la culpable de que la llamaran “Tucán”), convirtiéndola de la noche a la mañana en una de las chicas más guapas del instituto. Sin embargo, Melody no puede quitarse de encima los complejos que la han acompañado durante toda una vida… hasta que conoce a Jackson, un chico que parece sufrir extrañas pérdidas de memoria. Poco a poco Melody irá descubriendo que Jackson no es el único en tener un extraño comportamiento.
Bienvenidos a un instituto en el que vampiros, momias y hombres lobo conviven entre los humanos, a los que denominan “normis”: pero, cuidado, ocultando su verdadera naturaleza para no causar terror entre ellos.
Monster High apuesta por la diversión desenfrenada bajo la premisa de qué sucedería si los nietos adolescentes de los monstruos más famosos se reuniesen en un mismo instituto. El libro es pura diversión y como tal hay que tomarlo: abundan las escenas totalmente surrealistas e hilarantes y en muchas ocasiones la autora no parece tomarse su propia novela muy en serio. Las alusiones a series, películas, música o libros destinadas al público juvenil o de actualidad son constantes (Gossip Girl o Beyoncé, por ejemplo). La mayor pega que se le puede poner es la falta de definición de los personajes, especialmente de los chicos en los que se fijan las protagonistas, porque llegan a ser tan planos e iguales que en ocasiones resulta difícil distinguir a unos de otros. Además, el argumento bien podría haber ahondado más en el tema de que ser diferente no es algo malo, pero se queda en lo superficial y sigue una línea argumental un poco floja. Como sucede más a menudo de lo que debiera, las protagonistas se preocupan esencialmente de ir detrás de los chicos que les gustan, mostrándose celosas y superficiales a más no poder. Otro punto flaco es que se ha forzado demasiado un final abrupto para enganchar a los lectores hacia una segunda novela que, sinceramente, quizá esté un poco de más. ¿Hasta dónde se puede estirar una historia tan plana?
Monster High es perfecta si queremos entretenimiento y diversión, sin embargo, que nadie busque más allá de eso. El reclamo de la edición española, “¡Ser diferente mola!”, se queda en eso, un simple eslogan, ya que la novela apenas incide en las diferencias entre los monstruos y los adolescentes normales; quizá haya que esperar a una segunda entrega para eso. Sin duda, lo mejor de todo es tratar de averiguar a medida que se lee quiénes son monstruos y quiénes normis, y es que algunos personajes son muy evidentes, pero otros no tanto.