Para hacer esta receta corté las patatas muy finitas, casi transparentes, unas patatas nuevas que hubiera podido hacerlo hasta con piel y todo pero preferí quitársela. Pues eso, con patatas y unas espinacas frescas le hice un lecho a la morcilla que ni el mejor jergón se le puede comparar. Y es que la morcilla se lo merecía es de Embutidos Rios de Burgos buena, buena.
Cortar las patatas muy finitas y ponerlas encima de papel de horno alineadas, rociadas con un poco de aceite y sal, ponen en horno precalentado a unos 180º , media altura, durante unos 6-10 minutos. Ponerlas en un plato y reservar.
En una sartén poner los ajos laminados y los piñones a tostarse con unas gotas de aceite.
En la misma sartén poner las espinacas frescas lavadas y escurridas, un poco de sal, una pizca de azúcar y saltear unos minutos. Poner pimienta blanca. Mezclar con los piñones y los ajos salteados anteriormente. Reservar.
Cortamos unas rodajas de morcilla de arroz y les damos vuelta y vuelta en la misma sartén. Reservamos.
Montamos el plato poniendo un lecho de patatas, encima las espinacas y terminamos con las rodajas de morcilla. Unos piñones y láminas de ajo , rociado con unas gotas de aceite de oliva virgen extra.
NOTA: Las patatas no deben de amontonarse demasiado. ** Las patatas también pueden hacerse en el microondas pero no quedan tan crujientes, mejor en horno. ** El tiempo en horno depende del grosor de las patatas, tienen que dorarse un poco, yo las dejé 6 minutos. ** Las espinacas mejor que sean frescas, las congeladas quedan demasiado blandas , aquí interesa que queden poco cocidas. ** La cantidad de ajo al gusto pero demasiado “mata” el resto de sabores. ** No se ensucia nada, se hace en poco tiempo y resulta deliciosa, mejor imposible.
Celíacos: aseguraros bien de que todos los ingredientes sean sin gluten.