Comencé a poner atención a lo que llevaban de comer un día que trabajaron rapidísimo y nos sobró tiempo antes del recreo. Los dejé sacar su lonchera y comer en el salón y así tendrían más tiempo para jugar cuando salieran al patio.
Aguas de colores azucaradas, mucha comida procesada, gelatinas, budines y flanes (comprados), pastelitos, galletas, leches saborizadas con chocolate y azúcar, bolsitas con cereales que pintan la leche, salchichas... juguitos en tetra-packs que ostentan leyendas "jugo 100% natural" y cuando ves la etiqueta te das cuenta que es agua pintada con azucar y saborizantes impronunciables.
Tenía que hacer algo, al menos con los 12 niños y niñas que había en mi salón. Tenía que hacer algo pero tenía que ser algo inteligente, que convenciera no a los papás, sino a los niños primero.
¡Ya está! Comencé a contarles lo que yo llevaba de lunch y a acercarme a ellos en el recreo. Vieron que mi agua de limón tenía "cositas flotando" (chía). Empezaron a ver que el pan que uso para mis sandwiches no es blanco. Veían mi lonchera con barritas de quinoa, almendras, nueces, fruta, ensaladitas, botellas de agua...
Por supuesto, como buenos niños y niñas, preguntaban.
"¿Qué es eso que flota en tu agua, teacher?"
"¿Qué son esas estrellas?" (carambola)
"¿Te gusta el brócoli?"
Después llevé cosas para compartir y que los niños probraran, sólo si me preguntaban. Después de varias semanas me pregunté:
¿Cómo puedo explicarles la importancia de comer frutas y verduras frescas?
¿Cómo explicárselos sin tirarles un rollo de antioxidantes, vitaminas, minerales, energía de los alimentos?
¿Cómo les voy a hablar de conservadores, edulcorantes y saborizantes artificiales sin que cause un efecto contrario al que quiero?
Me tardé en encontrar el argumento que usaría para motivarlos.
Planeé que vieran la película de Wall-E, de Pixar. En la película los humanos han destruido y contaminado todo el mundo y tienen que irse a vivir al espacio. Wall-E es un robot compactador de basura y colecciona cosas, un día encuentra una plantita y la guarda también. Conoce a EVA la robotita exploradora que busca señales de vida en la tierra y de la que Wall-E se enamora.
Si no has visto la película te la recomiendo, el meollo del asunto es que, usé lo de la plantita para hacerles ver la importancia de tener comida "viva" en la lonchera.
"Si Wall-E y EVA encuentran tu lonchera, no podrían sembrar una planta."
"Si Wall-E y EVA encuentran tu lonchera, no pueden sembrar los tetra-packs, ni las ziplocs, ni las botellas de plástico, ni tus papas fritas."
"Si EVA encuentra tu lonchera, no sabrían cómo son las frutas y las verduras de tu planeta."
¡Funcionó!
Ahora, promuevo el Proyecto Lunch Saludable en algunos colegios y l@s niñ@s me persiguen para enseñarme que traen "comida viva" en su lonchera.
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