Viernes, 1 de junio de 2012: 18'30h: Me conecto a Internet a través de la línea ADSL de casa. Aún no han pasado ni cinco minutos, cuando empieza a sonar el teléfono de modo insistente. No lo cojo, sé quien es: hace días que apenas me conecto a la red, Moviestar-Telefónica comienza a perseguirme con su oferta para que pase mi teléfono móvil de prepago a contrato. 19'30h: Vuelve a sonar el teléfono. Esta vez lo cojo. Al otro lado está naturalmente, la voz de un joven sudamericano llamando desde un "call center" situado al otro lado del Océano Atlántico. El tipo me suelta su historia sobre las ventajas de pasar mi móvil de prepago a contrato. Le corto en seco y le digo que no me interesa su oferta y que me dejen en paz de una vez. Cuelgo bruscamente.22'30h: Estoy en mi habitación, mirando la televisión a oscuras. Mi teléfono móvil está depositado sobre una mesilla próxima, apagado. De repente veo que la pantalla se ilumina y que por dos veces el aparato emite un ruido extraño, modulado, apagándose luego de inmediato. Intento poner en marcha el móvil, y no hay manera: está desconectado, o mejor dicho, muerto.Lunes, 4 de junio de 2012:Hoy hace tres días que mi móvil ha sido desconectado (saboteado, en realidad) por Telefónica-Movistar. Tengo dos preguntas que hacer:1. ¿Cómo es posible que los call centers al servicio de las compañías telefónicas detecten inmediatamente cuándo me conecto a Internet, y nadie haga nada por impedir esta ilegalidad? La interferencia de comunicaciones sin mandato judicial es un delito aquí y en América Latina, que yo sepa.2. ¿En base a qué patente de corso actúa Moviestar-Telefónica cuando se permite cortarme la línea de mi teléfono móvil solo porque no quiero pasarme a contrato, cuando mi móvil tiene saldo y período suficientes para seguir operando con prepago?. Durante años y como otros miles de ciudadanos españoles, he sido sometido a un pressing semejante por la campaña de captación de nuevos clientes de Jazztel, así que esto no me viene de nuevo. Pero francamente, lo que no esperaba es que Moviestar-Telefónica, la compañía con la que tengo contratado el ADSL y mi móvil desde siempre, terminara por recurrir a los mismos métodos que esos granujas. Seguramente esta es una de las ventajas que comporta para los clientes la privatización de las grandes empresas públicas: darte cuenta de que todos son unos piratas sin escrúpulos. ¿Por qué los poderes públicos no nos defienden de estas actuaciones?