Otra manera de utiliza la mozzarella en la cocina, es rebozada con pan rallado y frita en aceite. (Está deliciosa!!).
La mozzarella que se comercializa normalmente en supermercados suele ser una variación elaborada con leche de vaca, (y más económica), pero no tan gustosa como la de búfala.
Es conveniente leer el listado de ingredientes que aparecen en el envase que vayáis a comprar, ya que en algunas etiquetas aparece como ingrediente “leche”, sin más especificación. En la auténtica mozzarella debe aparecer LECHE DE BUFALA.
Por este motivo, para adquirir una auténtica mozzarella es recomendable acudir a establecimientos más selectos, y a poder ser tiendas especializadas en productos italianos. Ahí la podréis encontrar en diferentes formatos: al corte o entera, y en diferentes tamaños, desde bolitas pequeñas a bolas más grandes, pero siempre redonda y flotando en suero (importantísimo para su conservación).
La diferencia principal entre la mozarella de leche de vaca y la de búfala es que esta última es mucho más nutritiva y sabrosa, ya que concentra mayor cantidad de grasas, proteínas y lactosa que la primera, por lo que su valor energético y nutritivo es superior.
Cada 100 gramos de mozzarella contiene aproximadamente: 340 calorías, por lo que está permitido en las dietas de adelgazamiento, pero con moderación.
Su gran contenido en proteínas (más de un 21 % por 100 gramos de producto) y de flora láctica, de vitaminas y sales minerales, (es muy rica en calcio y fósforo), hace de este queso un producto muy indicado bajo el punto de vista nutritivo.
Una de mis recetas favoritas, es la ensalada caprese que está compuesta por rodajas intercaladas de tomate y Mozzarella di Búfala y hojas de albahaca fresca.
Se aliña con mucho aceite de oliva, un poco de sal y pimienta negra en grano molida. Yo, además le suelo añadir un chorrito de vinagre de módena para darle el toque final.
Besos desde mi blog!!!