La socialité eligió un vestido de estilo militar, de una de sus firmas favoritas y de la que se ha convertido en una especia de emblema, deseado o no por la marca francesa, (nosotras pensamos que muy al gusto de ésta).
El modelo pertenece a la colección de Balmain, Resort, 2016. Viendo la imagen de la modelo que lo luce, parece tratarse de un vestido diferente al que lleva Kim.
¿Será que en Kim la mayoría de lo que se pone, incluyo su colección de bolsos de Hérmes, resulta vulgar?
Kim está embarazada, así que su curvilínea figura destaca más que nunca. El escote resulta neumático en cualquier caso, atrapado bajo los cordones y los bolsos en la cadera le aporten volumen extra, que la Kardashian no necesita.
Otro factor a tener en cuenta en este estilismo, es que el color caqui no le favorece nada.
Como queremos salvar algo de la quema, nos quedamos con sus zapatos, un modelo dorado de Tom Ford, el Metallic Ankle-Lock, valorado en 1056 euros. Nos gusta el detalle del candadito.
Cuando veo a Kim Kardashian vestida de Balmain, pienso en los elegantes diseños de la firma, creada por Pierre Balmain en 1945.
Si su director creativo desde 1993 a 2004, el fallecido Oscar de la Renta, viera quienes son actualmente las mujeres emblema de la Maison, probablemente se sentiría muy triste. Yo también.