Enmantecar un molde de muffins. Si no tiene, no se preocupe, haga bollitos grandes y colocar en una asadera.
Derretir la manteca en una cacerola pequeña a fuego suave.
En un bols grande, tamizar 175 gr de harina con 2 cucharaditas de polvo para hornear. En otro bols chico, mezclar los 2 huevos y 125 gr de leche, y agregar 50gr de manteca derretida.
Unir bien todos los ingredientes.
Mezclar la leche con harina y 80 gr queso rallado utilizando una cuchara de metal. No batir, mezclar hasta que quede suave.
Añadir 1/2 cucharadita de ajo y 1 cucharada de perejil. No se preocupe, la masa debe estar un poco grumosa.
Hornear durante 25 minutos o hasta que los muffins estén esponjosos y de color dorado.
Se pueden comer calentitos o a temperatura ambiente.