De nuevo, vuelvo a hacer otro dulce con plátano. Si lo recordáis, en menos de un mes ya van ¡¡cuatro recetas!!: un pastel Hummingbird, unos muffins con mantequilla de cacahuete, unas cookies rellenas de Nutella y los muffins de hoy, esta vez con coco. Pero tiene una explicación. Veréis.
No es que ahora me esté dedicando al cultivo del plátano o me haya comprado un platanero para decorar mi balcón. No. Nada de eso.
Resulta que desde que hice el pastel Hummingbird para el cumpleaños de mi madre, he tenido en el frutero algún que otro plátano descarriado. Cuando hice este pastel, me sobró uno. Como solo no me gusta y mi abuela, a quien más le gustan las plátanos de postre, está a dieta, decidí que lo mejor sería preparar algún tipo de dulce con esta fruta. La mejor opción: muffins de plátano con mantequilla de cacahuete. Sin embargo, con uno no iba a tener suficiente. Necesitaba otro más.
Y aquí vino el problema que se iría repitiendo a lo largo de unos cuantos días más.
Fui al supermercado y me encontré con que (¡horror!) no había plátanos a granel. O los compraba de cuatro en cuatro o nada. Por lo tanto, mi idea de comprar UN ÚNICO plátano se vino abajo. Con lo que volví a casa con CUATRO sabiendo que me sobrarían TRES.
Después de unos días, cuando esos plátanos estaban cogiendo un tono algo negruzco, decido que es hora de hacer algo con ellos. Le comento a mi madre que voy a hacer unas cookies, y su idea no es otra que ¡¡bajar al supermercado y comprar más!! Su razón: que estaban muy oscuros, y no fuera a ser que los pelara y estuvieran incomibles. Afortunadamente, me trajo dos. Porque esta vez, sí. Se podían comprar a granel.
Por supuesto, los otros no los tiré. Como eran algo pequeños, utilicé dos y medio para hacer las galletas (el otro medio me lo comí yo, que estaba bien rico y dulce, nada de que estaba malo).
Pasados unos días, decido hacer la receta DEFINITIVA. La receta con la que acabar, al fin, con TODOS los plátanos que quedaban en casa. Una receta que SOLO requiriese DOS plátanos.
Busco y rebusco entre mis recetas pendientes hasta que doy con la de unos estupendos muffins de plátano y coco. ¡¡Con coco tostado por encima!! Dulce, crujiente, riquísimo.
El resultado fue este que veis en las fotos.
Sin duda, mereció la pena que mi madre comprara aquella tarde dos plátanos más, sino no sé lo que hubiera tardado en probar esta receta tan buena.
Si os gusta el coco, sin duda, os encantarán estos muffins.
Además, el plátano machacado que llevan en la masa les aporta una jugosidad que permanece.
Deliciosos.
Muffins de plátano y coco:
INGREDIENTES (para 8 muffins)
- 210g de harina
- 1 cucharadita de levadura química en polvo
- 1/4 de cucharadita de sal
- 2 plátanos, pelados y machacados (unos 200g, aproximadamente)
- 110g de margarina fundida
- 165g de azúcar
- 1 huevo grande
- 1/2 cucharadita de extracto de vainilla
- 75g de coco rallado (50g, para la masa; y 25g, para espolvorear por encima)
- Precalentamos el horno a 180ºC. Tamizamos juntas la harina, la levadura y la sal.
- Por otro lado, batimos juntos el plátano machacado, la margarina, el azúcar, el huevo el extrcato de vainilla y 50g de coco rallado hasta que todos los ingredientes estén bien integrados. A continuación, agregamos la mezcla de ingredientes secos y mezclamos con una espátula de goma hasta que no queden grumos.
- Repartimos la masa en 8 cápsulas de papel y espolvoreamos con los 25g de coco rallado restantes.
- Horneamos 25 minutos a 180ºC. Dejamos enfriar sobre una rejilla y comemos. ÑAAAAMMM.