Murphy, madres y termodinámica

Por Drajomeini @DoctoraJomeini

Como diría la segunda ley de la termodinámica, “ningún proceso cíclico es tal que el sistema en el que ocurre y su entorno puedan volver a la vez al mismo estado del que partieron”. No sé quién fue la mente preclara que enunció este corolario, pero seguro que era mujer y madre de niños de 4 años. ¿Por qué? Porque no hay ningún ejemplo de proceso cíclico más acorde con la segunda ley de la termodinámica que la maternidad. Está claro que, una vez eres madre, ni el sistema en el que ocurre ni su entorno pueden volver al mismo estado del que partieron (Y si no, que se lo pregunten a los vendedores de cremas antiestrías). La segunda ley de la termodinámica se complementa en lo referente a la maternidad con las siguientes máximas, enunciadas por Murphy (otra mente preclara donde las haya):- Si necesitas dormir porque al día siguiente tienes algo importante, tu hijo te despertará matemáticamente cada 2 horas porque quiere que le arropes.- En una comida en un restaurante fino, se portará como el niño del exorcista, corriendo, saltando y colgándose de las lámparas, pero en cuanto llegues a un cumpleaños infantil, no se separará de tus piernas. - Si quieres que llegue limpio a algún sitio, se derramará encima el Actimel, se vomitará o se hará pis.- En el supuesto anterior, la dificultad de sacar la mancha y el diámetro de la misma serán directamente proporcionales al precio de la camisa/pantalón que le hayas puesto.- Cada vez que te hayas quejado a tu suegra de que el niño últimamente no come bien, devorará a dos carrillos todo lo que ella haya preparado.- Si te has pasado tres horas ordenando, él/ella tardará 10 minutos en volver al estado inicial (única excepción a la ley de la termodinámica anterior)- Siempre que salgas de casa con prisa, tu hijo querrá hacer caca. Y siempre esperará a llegar a la calle para pedirlo. Y, a pesar de todo, no querríamos volver a la situación inicial por nada del mundo. Si es que somos masocas…