Musaka griega (Moussaka)

Por Lacajita
Desde hace ya varios años, en mi casa de lunes a viernes no come nadie. Mi marido y yo comemos en nuestros respectivos trabajos y cuando mis hijos empezaron a incorporarse al mundo laboral, siguieron el mismo camino, por lo que poco a poco deje de preparar los platos que luego se calentaban en el “micro”, los fines de semana no daban para tanto. A mí, siempre me ha gustado cocinar, y veía que poco a poco iba dejando en el olvido recetas que formaban parte de esa comida especial que de vez en cuando les dejaba.
El pasado sábado, mi hijo pidió la ayuda del "manitas" (mi marido) para hacer una chapucilla en su casa y enseguida me ofrecí a llevar una de esas comidas olvidadas, la musaka.
La musaka llegó a mi familia de la mano de una de las hermanas de mi madre, residente en París desde joven y que cocina maravillosamente. Mi tía, todos los veranos, nos sorprendía con recetas completamente desconocidas en una época en la que no existía la globalización. Algunas eran de origen francés, y otras de origen griego o serbio, ya que de esta nacionalidad era su marido. No sé si esta forma de prepararla es la original, pero es la que se ha hecho en mi familia desde entonces.
Necesitamos 2 berenjenas grandes, 750 gr. de carne picada de ternera, una cebolla grande,  2 tomates pelados y cortados en trocitos, un vaso de vino blanco, queso rallado perejil, canela, sal y aceite de oliva. También necesitamos hacer una bechamel, pero soy incapaz de deciros las cantidades para prepararla, yo uso 2 cucharadas colmadas de harina (cogida con la cuchara de madera), sal, aceite de oliva (debería ser mantequilla, pero yo nunca la uso y con el aceite queda muy bien) una pizca de nuez moscada y la leche que admita.
Lo primero que tenemos que hacer es cortar la berenjena con su piel, en rodajas gruesas y dejarlas en un recipiente con un poco de sal durante 30’. Mientras tanto, picamos la cebolla y la rehogamos con aceite hasta que esté transparente, momento en que añadimos la carne picada y la vamos moviendo para que se vaya soltando y mezclando con la cebolla. Cuando la carne pierde el color crudo, se añaden los tomates pelados y cortados en trocitos muy pequeños, la sal, el perejil y una cucharadita de canela, se rehoga otro poco y se añade el vaso de vino blanco, dejando hacer la carne durante 30’ moviendo de vez en cuando.

Quitamos sólo una tira de piel para empezar a cortar rodajas


Mientras tanto preparamos una bechamel clarita. Como os he comentado antes yo la hago poniendo en una sartén más o menos la misma cantidad de aceite de oliva que de harina (2 cucharas de madera con un poco de colmo), y muevo rápido y bien para que el aceite desaparezca mezclado con el harina y ya con paciencia voy añadiendo leche, que he dejado a temperatura ambiente, poco a poco sin dejar de remover. Cuando espesa añado más leche y así hasta que veo que la bechamel tiene la textura fina que deseo, normalmente tardo unos 20’ y puedo usar entre ¾ y 1litro de leche, pero es aproximado.
Ahora ya sólo nos queda engrasar una fuente de horno e ir poniendo capas. Primero las berenjenas que las habremos escurrido bien, luego la carne, otra de berenjenas, otra de carne, una de bechamel, otra de berenjenas y por último bechamel. 
Se espolvorea completamente con queso rallado y …………. Se le pone un film de plástico, se mete en el coche, llevas la fuente con cuidado pero en una rotonda se mete un coche y tu marido pega un frenazo, por lo que cuando llegas a meterla 30’ en el horno de tu hijo las capas van un poco revueltas. Pero bueno me encantó recuperar esta receta para La Cajita y a mi hijo también. Y en vez de hacerla de higos a brevas, prometo no dormirme en los laureles y la haré más a menudo.

Con esta receta aceptamos el reto de Film & Food "Mi gran boda griega"