Museo tottori: esculturas con arena del desierto

Por Redespress60

El Museo de Arena de Tottori exhibe obras que han sido creadas por artistas internacionales. Cada año las obras siguen el patrón de un tema distinto. La colección de esculturas de arena se exhiben desde mediados de abril hasta comienzos de enero próximo año. En invierno las puertas del museo cierran para prepararse para la temporada siguiente...

Tottori es la capital de la prefectura de Tottori en la isla de Honshû, Japón. Honshû es la isla más grande de Japón, su nombre en japonés significa, precisamente, provincia principal. En Honshú, además de Tokio, están también algunas de las ciudades más importantes del país como Hiroshima, Kawasaki, Nagoya, Osaka o Yokohama.

Esta ciudad fue fundada en el siglo XIX, pero gran parte de ella quedó destruida por culpa de un terremoto acontecido en 1943 en el que murieron más de mil personas. En la actualidad, esta ciudad cada día es más famosa por poseer un desierto formado por dunas de arena. Un reclamo estupendo ya que, al tratarse de una formación geológica inhabitual, se ha convertido en uno de los destinos turísticos más importantes de la región. Cada año cerca de dos millones de turistas llegados del Japón y de toda la Asia oriental visitan este desierto.

Estas dunas, que se formaron hace 100.000 años gracias a los sedimentos transportados por el río Sendai que desciende de las montañas de Chûgoku y que va a morir al Mar del Japón, forman parte del Parque Nacional Sanin Kaigan, y se extienden por un rectángulo de 2,4 km de norte a sur, y de 16 km de este a oeste. Las corrientes marinas y el viento mueven la arena de este desierto, cambiando continuamente las formas de las dunas, por lo que en el año 1995 fueron nombradas Monumento Natural de Japón.

Las dunas de este desierto están en constante estado de cambio: crecen y se encrespan para luego desplomarse, sin dejar nunca de avanzar, lenta pero inexorablemente. En realidad, bien mirado, las arenas del desierto de Tottori son como un inmenso jardín zen que invitan a la meditación. Durante su trayectoria, la arena impulsada por los fuertes vientos, lo va cubriendo todo, como una metáfora de que nada en esta vida es permanente.

Tanta importancia ha ido adquiriendo este lugar que, todos los años, aquí se celebra el Festival de Shan-shan. Hasta el año 2012, todas las esculturas de arena se hacían a la intemperie pero, a partir de esa fecha, se creó The Sand Museum que, en la actualidad, es un edificio permanente. Cada año, desde mediados de abril hasta principios de enero del siguiente año, tiene lugar este festival.

Cada año, las esculturas que se realizan giran en torno a un mismo hilo conductor relacionado con un país o región. Este año pasado, el tema de este festival es Alemania. Quienes sientan curiosidad y quieran visitar este museo pueden llegar a él cogiendo un autobus que sale de la estación de Tottori o en taxi. El trayecto dura unos 20 minutos, y cuesta en taxi unos 2.000 yenes. El precio de entrada al museo es de 600 yenes.

En el desierto de Tottori también se puede montar a camello todos los días del año previo pago de 1.300 yenes. Las excursions comienzan a las 9,30 h de la mañana y duran hasta las 16,00 h. El único problema es que solo hay 5 camellos, por lo que hay que darse mucha prisa, para no quedarse en tierra.

Sin embargo, desde la Segunda Guerra Mundial, el programa de reforestación del gobierno japonés ha llevado a una constante reducción de su extension. Además, los muros de cemento construidos para proteger la costa de los tsunam i constituyen un obstáculo para las corrientes que transportan la arena. Así que si estáis pensando en visitar Japón, y no queréis perderos las arenas de este desierto, ya podéis apuntaros su nombre en vuestra agenda, ¡no vaya a ser que desaparezca!

Diario del Viajero