El gran Ennio Morricone pensó más en las mulas que en la mujer para componer el tema principal de Dos mulas y una mujer (Two mules for sister Sara, Don Siegel, 1970), en el que Clint Eastwood trasplanta a Hollywood su personaje de antihéroe desaseado, lacónico y fumador de sus westerns con Sergio Leone, y Shirley MacLaine le da oportunamente la réplica como monja desvalida en tierras mexicanas durante la ocupación de las tropas francesas de Napoleón III y la rebelión de los juaristas.
Memorable partitura, en todo caso.