No sabemos muy bien cuántos años han pasado desde que nos encontramos esta lámpara en una cuba de derribo en plena calle. La funda de ganchillo fue la que nos hizo tilín, por supuesto; no podíamos entender cómo se habían deshecho de algo así, confeccionado a mano...
Todo ese tiempo ha estado en el taller sin que le hiciéramos mucho caso, hasta que el otro día nos dio por ahí... Lo primero fue quitar el trabajo de crochet para ver qué se cocía debajo de él...
La estructura metálica estaba algo estropeada, pero nada que una manita de pintura en spray no arregle.
Así quedó de blanca y lustrosa... Tanto, que tal cual comenzó a enamorarnos...
Lo siguiente, cambiar el cableado negro que traía por otro igual de níveo que la pantalla, para no desentonar...
Junto con estas flores, pertenecientes a un cinturón que no usábamos...,
..., y estas otras que hemos enredado a lo largo del nuevo cableado.
Os preguntaréis qué ha sido de la funda de ganchillo. Por supuesto, se encuentra recién lavadita a muy buen recaudo, y esperando a ser colocada en su lámpara. Pero nos ha gustado tanto el resultado final que hoy os mostramos, que vamos a disfrutarla unos días así...
Este aire tan femenino y romántico, tan "shabby", nos encanta...¿Y a vosotros?
¡FELIZ FIN DE SEMANA!