Italia era uno de mis destinos en mente desde que tengo uso de razón, aunque entre unas cosas y otras nunca había podido ir. He de decir que mi vista a Milán no me ha decepcionado en absoluto, aunque me he quedado con ganas de más y no veo el momento de ir a Roma, Venecia o Florencia; ¡qué pena que cuando disponemos de dinero no disponemos de tiempo y al revés! Milán me pareció una ciudad diferente y a la vez parecida de lo que podemos encontrar en España. A veces decadente, otras luminosa y mágica incluso. Cuna de la moda, el estilo por lo general de sus habitantes me gustó bastante con aspectos muy cuidados y prendas muy bien seleccionadas y combinadas. Aunque se me pusieron los dientes largos al pasar por determinadas calles donde las tiendas más presentes son Prada o Gucci, con sus espectaculares escaparates. ¡No deja indiferente!