Así como quien no quiere la cosa, este orejotas nos ha salido viajero. Desde Palencia se fue de viaje en tren a Aranjuez y desde allí, en coche, a Cuenca. Y todo con una sonrisa de oreja a oreja. Ahora sólo le toca esperar un poquito para que Elia le de todos los mimos del mundo.