Una vez terminado y rematado sí quedé satisfecha y Mar también, aunque bien es verdad que la pobre decía que el otro también le gustaba. Y feo no estaba en absoluto, pero no era lo que ella me explicó que quería.
Y mi firma en el revés del tirador de la cremallera remata el trabajo.
Ahora sí, Rocío, ahora sí.
El próximo día os enseño el neceser fallido.
¡¡¡Hasta muy pronto!!!