Necesidades temporales: viajando liviano

Por Valedeoro @valedeoro

[Cuando estés leyendo esta entrada, ya estaré haciendo mi camino a Santiago. Por lo tanto no podré responder a los comentarios hasta que no haya vuelto. Espero que te inspiren los textos que he dejado preparados para mi ausencia.]

Estoy preparando la mochila para el camino de Santiago. No llego al extremo de Luis José que se aventuró a hacer el camino sin mochila. Sin embargo tengo la impresión de que mi mochila es más pequeña que la de mucha gente. Con capacidad de 37l me he puesto un límite natural por espacio. Toca encontrar un equilibrio entre lo que quiero, lo que necesito, y lo que me gustaría.

¿Qué necesito realmente?

Estaré diez días caminando, desde Oporto a Santiago. En junio el clima ya es bastante favorable, así que no hace falta llevar ropa muy gruesa. Como estaré caminando, el pragmatismo le gana a la vanidad y podré vivir con mucho menos de 33 prendas. De hecho, es interesante como cambian las prioridades, una vez que la vestimenta ya no tiene importancia.

Ropa: 2 pares de pantalones (uno de ellos se puede convertir en pantalón corto), ropa interior, 3 camisetas, mis uaraches (sandalias) para la ducha, bikini, 2 pares de Vibram’s, un jersey, una chaqueta a prueba de agua.

Electrónica: cámara de fotos, pilas recargables, móvil para emergencias, linterna, kindle, cargador de móvil/kindle.

Higiene: aguja e hilo por si se me hacen ampollas, pastilla de jabón, protector solar, lentillas y su líquido, cepillo y pasta de dientes, crema para los pies.

Otros: saco de dormir para los albergues, una toalla de las que se secan rápido, monedero, gafas de sol, sombrero, mapa del camino, bolígrafo y cuaderno,

¿Tengo demasiadas cosas? Depende.

Por un momento dudé de mi misma. ¿Puedo vivir con tan pocas cosas? ¿Será que mi cuarto es una aglomeración de cacharros innecesarios? Y eso que pensé que tenía pocas cosas cuando me mudé con un VW Mini. La respuesta es: depende. Para el camino de Santiago tengo demasiadas cosas. Resulta que el Camino tan solo es un aspecto de mi existencia. Volveré y querré disfrutar de otras cosas. Que pueda vivir con poco, no significa que no deba disfrutar de más cosas. Al fin y al cabo se trata de eso: necesitas aquello que te hace disfrutar. Las cosas solo se vuelven tóxicas cuando albergan energía estancada sin uso ni belleza.

Necesidad, felicidad, temporalidad

La idea del minimalismo es vivir con solamente aquello que necesitas para llevar una vida plena. Al quitar lo superfluo del día a día te queda espacio, tiempo y energía para disfrutar de las cosas que te apasionan. Por esta razón el minimalismo es tan versátil. Por supuesto que en el camino de Santiago necesitaré menos cosas. Estaré disfrutando de lo que me rodea, del hecho de estar caminando sin nada que obstaculice mis reflexiones. De la misma forma, estando en mi casa querré más cosas, ya que mis actividades aquí son diferentes: para bailar salsa, necesito zapatos. Para invitar amigos, necesito una mesa, sillas y cerámica.

¿Qué necesitas hoy? ¿Y para qué? Si lo disfrutas, quédatelo sin remordimientos.


Imagen: Jexweber / flickr