Un psiquiatra asiduo al blog (de los no “piruleros” como a él le gusta decir -los que reducen el uso de pastillas al mínimo posible-) y observador crítico del mundo farma, hace algunos comentarios a lo que publicamos en Uh!, uh!, que viene, que viene la nueva “Biblia” de la psiquiatría:
Se ha abandonado el diagnóstico jerárquico por completo, de hecho la clínica, como observación y narrativa, ya se había abandonado con el DSM IV. Se van a usar herramientas dimensionales, (¿más cuadraditos y crucecitas, más preguntas “de 1 a 9…”?) y disolver el concepto de “enfermedad”, mientras que seguirá, lo que son las cosas, la expansión de “diagnósticos” y “tratamientos” porque eso es lo que pagan las aseguradoras. Venderá confusión y como tal podrá tener bastante éxito
Por otra parte lo del Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH), aunque esto será más divertido, también va a fracasar. La traducción de procesos neurológicos a entidades clínicas supuestas o reales, está viciada por numerosas variables y está demostrado que varias causas llevan a un mismo fin o que una causa puede llevar a varios fines. El paradigma del cáncer no parece muy apropiado, lo que “crece” no es algo celular.
Y de marcadores biológicos o “traslation” nada de nada, como ya sabíamos.
¿Necesitamos esto en Europa? NOOO! Podemos usar el sistema CIE (Clasificación Internacional de Enfermedades) que es algo más riguroso con una buena dosis de sentido común y algo de escepticismo. Y dejar a Obama que investigue el cerebro.
Curioso que El Mundo parezca reducir en exceso la crítica al DSM como algo del NIMH. La crítica es extensiva y revela la confusión que la psiquiatría liderada por Big Pharma ha causado.