Las palabras de Newey, gurú de Red Bull y artífice de algunos de los coches más exitosos de la historia, responden a una estricta reglamentación que año tras año disminuye las posibilidades de innovar en la mesa de diseño.
"La normativa es demasiado estricta. Estamos en peligro de convertirnos en una GP1 por lo que al chasis respecta. Todo el mundo está convergiendo en coches que son más o menos similares".
"Volvemos a eso de que si pintamos todos los coches de blanco, resultaría difícil identificarlos, especialmente el año que viene con la pérdida de los frontales", comenta antes de decir que el resto de directores técnicos son como "pavos esperando la Navidad".
En declaraciones a la revista Motor Sport, Newey reconoce que las constantes prohibiciones de la FIA han influido en su decisión de abandonar la dirección técnica de Milton Keynes a partir de 2015.
"Hay una serie de factores importantes en mi decisión de abandonar la Fórmula 1. Siento que ha llegado el momento de hacer algo diferente".