Es normal que los niños sean quisquillosos con la comida.
Incluso el mejor de los padres puede tener dificultades para conseguir que su niño coma.
De hecho, el capricho a la hora de la comida es uno de los eventos más comunes en los niños y a menudo dura hasta que el niño llega a la adolescencia.
Pero cuando la conducta alimentaria afecta al desarrollo normal, podría tratarse de algo más grave: un trastorno en la alimentación infantil.
“La diferencia entre la aprensión a la comida y un niño con un trastorno de la alimentación es el impacto de la conducta alimentaria en la salud física y mental de los niños,” dijo el Dr. Peter Girolami, director clínico del Programa Pediátrico de Trastornos de la Alimentación del Instituto Kennedy Krieger en Baltimore. Recomiendo leer el articulo (como combatir el sobrepeso infantil)
Los trastornos pediátricos de alimentación son más comunes de lo que muchos piensan y afectan a 1 de cada 10 bebés y niños. Algunos niños simplemente no comen suficientes calorías y nutrientes para crecer. Los síntomas más comunes de un trastorno de alimentación infantil son los siguientes:
- Cambio repentino en los hábitos alimenticios que dura más de 30 días.
- Retraso en el desarrollo de las habilidades necesarias para alimentarse o comer alimentos con mayores texturas.
- Pérdida de peso o falta de aumento de peso.
- Asfixia / toser durante las comidas.
- Fatiga inexplicable, pérdida de energía.
- Comportamiento disruptivo durante las comidas como por ejemplo lanzar los cubiertos.
El diagnóstico precoz y el tratamiento son extremadamente importantes. Contacta a su pediatra si crees que tu hijo sufre de algún trastorno de la alimentación.
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