El estudio de la
Universidad de Illinois publicado en la revista NeuroImage, analizó 32 nutrientes claves en la dieta que, se
asocian con una mejor función cerebral en el envejecimiento. El análisis
relacionó los patrones específicos de los biomarcadores de los nutrientes en la
sangre con la salud cerebral y la cognición. Los nutrientes incluían ácidos grasos omega-3, abundantes en el
pescado, las nueces y las coles; ácidos
grasos omega-6, que se encuentran en la linaza, semillas de auyama, piñones
y pistachos; licopeno, un pigmento
rojo presente en tomates, sandías y algunas otras frutas y verduras; Alfa y betacarotenoides, que le dan a
las batatas y zanahorias su característico color naranja; y vitaminas B y D. El equipo buscó
patrones de "biomarcadores" de los nutrientes en la sangre y utilizaron
imágenes de resonancia magnética funcional para evaluar cuidadosamente la
eficiencia de varias redes cerebrales. El análisis encontró un vínculo sólido
entre los niveles más altos de varios biomarcadores de nutrientes en la sangre
y un mejor rendimiento en pruebas cognitivas específicas. Los nutrientes, que funcionaron
de forma sinérgica, incluían ácidos grasos omega-3 y omega-6, carotenoides,
licopeno, riboflavina, folato, vitamina B12 y vitamina D. El análisis también
reveló que un patrón de omega-3, omega-6 y caroteno estaba vinculado a una
mejor eficiencia de la red cerebral funcional. Diferentes patrones de
nutrientes parecieron moderar la eficiencia en diferentes redes cerebrales. Por
ejemplo, los niveles más altos de ácidos grasos omega-3 son paralelos a la
relación positiva entre una red frontoparietal saludable y la inteligencia
general. La red frontoparietal es compatible con la capacidad de centrar la
atención y participar en el comportamiento dirigido a objetivos.