En ‘No Culpes a Mamá‘, madre e hija aprenden a romper las barreras que las distancian, con un sin fin de consejos e historias personales, narradas para que sepas como amarla.
El libro está dirigido a todas aquellas hijas que se encuentran culpando a su madre, o a las que desean divorciarse de ella, a las que sienten que no piden librarse y por lo tanto crecer, a quienes le temen a las reuniones familiares, a las desesperadas por evitar los errores de ella, a quienes le temen a sus reacciones exageradas, o a las que se vuelven duras porque piensan que ella es sentimental.
Paula J. Kaplan, experta en psicología y relaciones madre-hija, en la primera parte del libro invita, a ti hija, a que des rienda suelta a la tristeza, irritación o franca furia que tienes hacia tu madre.
Si lo deseas puedes llorar, gritar, golpear algún objeto, y ya que estés serena te pide que reflexiones sobre el por qué de ese enfado hacia tu madre.
Muestra cómo la sociedad nos enseña a las hijas a polarizar a la madre: O es el ‘ángel’ de la casa, o una bruja malvada.
‘Las madres son idealizadas o son acusadas de todo lo que anda mal’.
Hace notar cómo la mayoría de las madres se sienten inseguras de su desempeño como madres y necesitan con desesperación la aprobación de otras mujeres (incluyendo sus propias hijas). Y cómo entendiendo las barreras sociales te puedes liberar y ver desde otra perspectiva los aspectos positivos y negativos de tu madre, sin los estereotipos antimaternos.
Los mitos de ser madre
Se describen, no sin asombro, los nueve mitos que a lo largo de muchas generaciones han destruido las relaciones madre-hija:
• Mito uno: La medida de una buena madre es una hija perfecta.
• Mito dos: Las madres son fuentes.
• Mito tres: Las madres saben naturalmente cómo criar niños.
• Mito cuatro: Las madres (y las hijas “buenas”) no se enfadan.
• Mito cinco: Las madres son inferiores a los padres.
• Mito seis: Sólo los expertos saben cómo criar niños.
• Mito siete: Las madres (y las hijas) son pozos sin fondo de necesidades.
• Mito ocho: La proximidad de la madre y la hija, no es saludable.
• Mito nueve: El poder de las mujeres es peligroso.
Fuente: Marcela Ruiz