No desayunar afecta la salud cognitiva

Por Jesus Gutierrez @saludymedicina

A nivel mundial, hay aproximadamente 55 millones de personas que padecen demencia, y la incidencia de la enfermedad ha aumentado constantemente. Se espera que el número de la población se triplique para 2050, particularmente en países de bajos y medianos ingresos. 

Los estudios epidemiológicos han demostrado una correlación entre la distribución temporal de la ingesta de energía durante un día (TPEI) y el riesgo de varias enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión. Sin embargo, la evidencia sobre la relación entre TPEI y la función cognitiva a nivel de población era relativamente escasa.

Estudios previos en modelos animales han demostrado que la interrupción en el horario de las comidas puede causar alteraciones en los ritmos del reloj en el hipocampo, lo que afecta la función cognitiva. Según un ensayo de intervención a corto plazo en adultos jóvenes, dividir cantidades iguales de alimentos en cuatro comidas entre las 9 a. m. y las 3 p. m. podría mejorar la función cognitiva en comparación con comer dos veces entre las 9 a. m. y las 3 p. m. 

Recientemente,  la Universidad de Zhejiang publico un estudio de cohorte basado en la Encuesta de salud nutricional de China donde, se incluyeron un total de 3342 participantes, adultos de mediana edad y mayores (edad media 62 años) con una edad inicial ≥ 55 años.

Los investigadores utilizaron: 1) Un algoritmo  basado en datos para identificar seis patrones de TPEI, incluido el patrón "distribuido uniformemente", el patrón "dominante en el desayuno", el patrón "dominante en el almuerzo", el patrón "dominante en la cena", patrón "rico en refrigerios" y patrón "saltar el desayuno"; 2) La función cognitiva se evaluó mediante la Entrevista telefónica modificada para el estado cognitivo (TICS-m), que comprende recuerdos de palabras inmediatos y diferidos (20 puntos), conteo hacia atrás (2 puntos) y prueba de resta en serie 7 (5 puntos). La puntuación cognitiva global total varió de 0 a 27, donde una puntuación más alta representa una mejor función cognitiva; 3) La correlación de los TPEI con la función cognitiva durante 10 años se evaluó mediante modelos mixtos lineales (LMM), que se ajustó por edad, sexo, residencia y energía total,

El resultado mostró que, en comparación con aquellos con un patrón "distribuido uniformemente", las puntuaciones de la función cognitiva a largo plazo fueron significativamente más bajas en aquellos que tenían TPEI desequilibrados, especialmente aquellos con un patrón de "saltar el desayuno". Por lo tanto, mantener un TPEI equilibrado tiene efectos potencialmente positivos en la salud cognitiva, mientras que saltarse el desayuno puede aumentar significativamente el riesgo de deterioro cognitivo en adultos de mediana edad y mayores. En conclusión, este estudio destaca la importancia de los TPEI óptimos en la función cognitiva.