No es mi tele, es mi pueblo

Por Saval

Siempre he sido defensor de la tele. De la tele como concepto. Recuerdo desde pequeño oír críticas. La caja tonta, telebasura… pero para mí siempre fue un elemento de entretenimiento. Quizá el mejor. La tele da a la gente lo que quiere. Si quisiesen cultura, tendrían cultura pero como quieren cotilleo, tienen cotilleo.

Este fin de semana se ha cerrado la pública del lugar donde he crecido. No digo la mía ni la nuestra porque para mí Canal 9 no ha sido nada. Un canal más. De hecho, la mayoría de mis recuerdos son bastante negativos. Tómbola, Bárbara Rey cocinando, la propaganda de los eventos, la omisión de la corrupción o el olvido de las víctimas del peor accidente de metro de la historia de España. Canal 9 ha sido eso, el canal que ha salido al rescate de casi todos los equipos de fútbol, el canal que dejaba en aficionadas a las televisiones sudamericanas, los voceros del gobierno. TeleCamps.

¿No te ha dado pena? Pena de Canal 9 he sentido antes. Cuando un directivo encerraba trabajadoras en su despacho y les pedía “una chupaeta” o cuando leí una pintada: “esquirol lameculos de mierda tus excompañeros no te olvidan”. Eso me daba pena, porque había gente que ya estaba sufriendo y no pasaba nada.

Creo que en la vida a nadie se le puede exigir ser un héroe, una heroína. Es lógico, normal y entendible que alguien trague para mantener su puesto. Más todavía en estos tiempos. “La ética acaba dónde empieza la economía” repetía un profesor mío cada clase y tenía razón. Pero si has escogido no actuar heroicamente, has de ser consecuente con tu elección. El tiempo de los héroes y heroínas en Canal 9 fue hace mucho. Cuando se gastaban el dinero en el Papa, en la Fórmula Uno (aún recuerdo aquel invento de Fórmula Nou) o en la Copa América. Cuando se accedía por enchufe o por cosas peores. Pero por encima de todo cuando un ERE ilegal despedía a compañerxs o cuando se acosaba a compañeras con total impunidad. Pero en aquella época veías sonreír a los mismos que ahora claman indignados.

Sí, es indignante. Es vergonzoso que te tiren. Es una putada. Pero no sois la televisión del pueblo. No sois la tele de todxs lxs valencianxs. Al menos no sois mi tele. Porque cuando tocaba, no quisisteis serla. La reacción en el tiempo de descuento suena más a pataleta infantil que a defensa de unos intereses que nunca parecieron importar. Democracia, pueblo, información, verdad son términos que se han manejado más en estas semanas previas al cierre que en los 20 años anteriores.

Y dicho esto, trabajador, trabajadora, extrabajador, extrabajadora, te apoyaré siempre. Porque entiendo que los gángsters que te han jodido la vida, me la están jodiendo a mí también. Nos la están jodiendo a todxs. Y joder, aunque no seas la tele del pueblo, eres el pueblo. Somos el pueblo. Y tenemos un enemigo común.

Suerte.

@saval_macian


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