El Maestro Zen Daju Huihai (pron. Dashu Hueiha) vivió en el sureste de China entre los siglos VIII y IX. Cuenta la leyenda que su frente era grande y redonda, por ello su nombre dharma significa “Gran Perla, Mar de Sabiduría”.
En su biografía, Gran Perla relata esta conversación con su maestro Mazu Daoyi (pron. Matzu Daoyii).
Mazu: ¿De dónde vienes?
Gran Perla: De la provincia Yue.
M: ¿Porqué planeaste venir aquí?
GP: He venido en busca del Buddhadharma.
M: No tengo nada para ti aquí. ¿Qué Buddhadharma crees que vas a encontrar aquí? No has visto el tesoro que está en tu propia casa. ¿Para qué ir a cualquier otro lado?
GP: ¿Cuál es el tesoro de la sabiduría del mar?
M: Es justo quien está preguntándome esa pregunta. Ese es tu tesoro. Es abundante, no le falta ni lo más mínimo. Si entiendes lo que significa, ¿entonces para qué buscarlo en otro lugar?
Al escuchar estas palabras, Daju percibió que su mente se liberaba de pensamientos estorbosos. Agradeció y honró a Mazu por la enseñanza.
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Este pequeño relato me gusta mucho porque nos recuerda lo mucho que valemos, lo mucho que tenemos… y lo tontos que somos al querer buscar por fuera lo que hemos llevado dentro desde que nacimos.
Con un poco de silencio y de gratitud podremos entender que la búsqueda es inútil. Estamos donde necesitamos estar y eso es suficiente para ser felices. Pero al mismo tiempo, esta realización no significa que dejemos de caminar hacia adelante. Se camina un día a la vez, aceptándonos y aceptando Todo Lo Que Es.
El tesoro ya lo tienes en casa. Ya está en ti.