No hay tal país de mierda

Por Paulo Mesa @paucemeher

Este fin de semana me encontré rotando por Facebook esta pequeña imagen. En cada viaje que hago por el mundo oigo gente de muchos países quejarse del suyo y creyendo que lo peor solo les pasa a ellos. Esta entrada será una especie de desahogo, donde tal vez muchos españoles, argentinos, mexicanos, chilenos, peruanos, entre otros, se verán reflejados a su manera.

Los países son una idea

Los países son una idea en la mente de un colectivo que lo acepta así. Adicionalmente, creemos que un país es una cosa tangible, algo que se puede agarrar. Hablamos del país como si fuera un resultado concreto de algo, pero lo que juzgamos al final es la cultura y las costumbres de una sociedad que comparte unos símbolos comunes.

Entonces, cuando decimos que "este país es una mierda..." nos estamos insultando a nosotros mismos porque nuestro comportamiento personifica esa cultura a la que pertenecemos, esa idea de país que alimentamos. Adicionalmente, si como individuos no hacemos nada distinto para que la cultura cambie inexorablemente somos parte del mismo problema que criticamos.

La gente de mierda

Mi patria (Colombia) es una país habitado por gente de mierda que a su vez es producto de uno de los peores sistemas educativos del mundo según las pruebas PISA. Esto se ve en las costumbres y los valores que mueven a esta sociedad: Ésta, como pocas otras, estamos profundamente marcados por el culto al "dios dinero". Este es el principio y fin de todos nuestros males como sociedad...

Una lucha mundial es reconocimiento al derecho a la vida, pero aquí no es así. Este es el país donde pasan primero los automóviles antes que los peatones. Este es el país donde la gente tiene acceso a la salud si demuestra que tiene cómo pagarla. Este es el país donde fácilmente alguien puede morir solo por robarle el móvil. Nuestra tasa de homicidios por cada cien mil habitantes también deja mucho que desear.

Esto también recuerda la tendencia cosmética del país de mierda. Esta es la tierra de la obsesión por la estética, por verse bien, por aparentar. Ya hemos hablado bastante de esto en otra entrada.

La gente de mierda de este país funciona más o menos así: echa la basura a las alcantarillas, a los ríos o los afluentes y luego, en la época de lluvias, obviamente hay represamientos que generan inundaciones y desastres. Después, todos salen por televisión pidiendo ayuda al gobierno y quejándose de la tragedia que ellos mismos armaron.

Esta gente de mierda tiene serios problemas de convivencia: agresividad, tendencia a la destrucción, abuso de los demás, irrespeto de la ley y las normas básicas, anarquía, individualismo exacerbado y predominio del más poderoso. Ésta es una cultura que difícilmente logra regularse a sí misma.

Esta gente de mierda tiende a ser bastante provinciana. Lleguen a donde lleguen no entienden dónde están, no aprenden ni incorporan nada nuevo de esa cultura diferente porque terminan viendo todo a través del tamiz de su propio provincianismo. Esta gente de mierda llega a París a buscar hamburguesas y al mismo tiempo extrañan la comida criolla de su tierra. Esta gente te mira con extrañeza cuando viajas de vacaciones más allá de Miami.

A esta gente de mierda le importa un bledo el medio ambiente. Se van para los parques naturales a escuchar música a todo volumen, hacer fogatas, lavar autos, dejar basuras y botellas de vidrio por todas partes y a robarse y destruir cuanta cosa encuentran. Esta gente de mierda es feliz destruyendo lo que unos pocos construyen.

Esta gente de mierda vive permanentemente a la espera de que alguien más arregle el país, que arreglen la idea deformada que ellos mismos tienen. Se quejan del tráfico pero no hay quien los baje del automóvil; se quejan de la polución y nunca han sembrado un árbol; se quejan de la ignorancia, pero creen cualquier versión que salga en los noticieros y rara vez se leen un libro. Lo peor es que al final se creen "muy inteligentes", "muy astutos" y que no necesitan mejorar en nada.

Un país espectacular

Los hábitos casi inconscientes de esta gente de mierda contrastan con muchas cosas que también hacen espectacular al país:

Lo que nos regaló Dios en su misericordiosa creación: La cordillera de los Andes en Colombia se partió en tres enormes cadenas montañosas. Eso encarece la infraestructura y el tiempo de transporte, pero nos hace un país con prácticamente todos los climas, abudante agua dulce, biodiversidad, varios tipos de bosque y unos paisajes alucinantes. Aquí vivimos orgullosísimos por eso, pero en realidad es el territorio donde esta idea de país tuvo la causalidad de darse, en realidad no hicimos nada para construir los Andes, llenar los ríos o cultivar las selvas, es más, estamos en un medio de una preocupante carrera destructiva.

Lo que nos hace especiales: Somos una sociedad que culturalmente premia y valora la amabilidad (salvo en la Capital de la república...), aunque esta termine volviéndose en impertinencia; es una marca social que impresiona especialmente a los extranjeros. Aquí cualquier cosa es un motivo para celebrar, para hacer una fiesta, para reunirse y compartir. Parece este un país de gente "sospechosamente" feliz ...

Cuando nos salimos del discurso del país de mierda nos volvemos absolutamente desprendidos y solidarios; hacemos lo que sea por lograr lo que nos proponemos y por salir adelante; esta es una sociedad que aprendió a vivir en medio de la carencia y la escasez y es absolutamente recursiva, creativa y ágil para resolver problemas... la colombiana tal vez sea una de las sociedades más resilientes del mundo.

No se puede explicar de otro modo cómo en medio tanta tensión y conflictos estructurales tan antiguos también seamos capaces de mantener al "país de mierda" sin que colapse del todo y haciendo que sea una de las economías más prometedoras del hemisferio. También abunda la gente espectacular que mantiene el juego de fuerzas en equilibrio.

A manera de conclusión, lo único que nos queda para transformar este país de mierda es "no ser gente de mierda". La clave es simple: actuar como "ciudadano espectacular" para que el país y su realidad se vuelvan "espectaculares" y, de paso, el resto del mundo entero también se vuelva un lugar espectacular porque como decía la chilena Gabriela Mistral:

"Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú. Sé tú el que aparta la piedra del camino".

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