Si miras al rededor, te darás cuenta que estás rodeado de expertos. Y si lees tus redes sociales, encontrarás aún más expertos. Hay vulcanólogos, meteorólgos, teólogos, científicos de partículas, politólogos, master chefs; todos ellos listos a dar su opinión experta de lo que sea y sin que nadie lo pida.
Pero yo aquí y ahora digo: no lo sé. Soy el más ignorante de todos. Y estoy en paz con ello.
Estos días me encontré con la cita del Seon Master Dae Bong, que me parece relevante. Recomiendo leerla varias veces:
“El principio y el final de la práctica Zen es el mismo: ¿Qué soy?
La práctica Zen nos lleva a mirarnos a nosotros mismos. ¿Qué soy? ¿Soy este cuerpo? ¿Soy mis pensamientos? ¿Soy mis emociones? ¿Mi trabajo? ¿Soy mi familia o mi país?
¿Qué soy?
En el Budismo Zen, si miras esta pregunta con sinceridad, encontrarás que no sabes.
Esta mente que no sabe nada, es tu verdadero yo. Ese que existe antes del pensamiento.
Cuando mantienes la mente antes del pensamiento, entonces no hay separación entre tú y el universo.”
Sentémonos juntos y admitamos con alegría: ¡No lo sé!