RUFINA LEVANO - MARÍA MONTOYA
Mientras que una será recordada por utilizar los bienes de la municipalidad para asuntos particulares de uno de sus hijos, la otra por el traslado de su mascota y sus críasNo es suficiente auto titilarse como moralizadora, sino demostrarlo, dijeron quienes cuestionan la candidatura de Rufina Lévano Quispe, quien aspira nuevamente sentarse en el sillón municipal, ahora por las filas del movimiento político “Justicia y Capacidad”.Para que la ex autoridad edil, genere confianza entre la mayoría de la población – opinaron – es necesario que presente mejores cuadros que sus adversarios. “Cañete necesita de profesionales y técnicos y no de amigos”, comentaron.A pesar de tiempo transcurrido, no se olvida que muchos de los ex trabajadores y funcionarios de la administración edil que encabezó Rufina Lévano, han estado involucrados en supuestos actos de corrupción en otras gestiones municipales en Cañete y fuera de ella. Pusieron como ejemplo más cercano al abogado Armando Guerra, duramente cuestionado como asesor y funcionario en algunos municipios de la provincia de Yauyos.Otros opinaron que con la experiencia adquirida como ex autoridad edil en el distrito de Nuevo Imperial y después en la comuna provincial, debería dar el ejemplo presentando los mejores cuadros como regidores, ubicándolos por sus méritos y no por el monto de sus aportaciones para costear la campaña electoral y evitarse problemas a futuro.Como se recuerda, su ex primer regidor Rubén Auqui Cáceres, en algún momento le reclamó la devolución del dinero aportado durante la campaña. “Si se habla de cambios, que se demuestren con hechos”, agregaron. Enfatizaron que tanto María Montoya y Rufina Lévano, serán recordadas no por ser las mejores autoridades ediles, sino porque la primera utilizó los bienes de la municipalidad para asuntos particulares de uno de sus hijos, mientras que la segunda para el traslado de su mascota y sus crías.