Antes de comenzar con esta entrada, quisiera hacer un pequeño inciso. Varias personas han podido comprobar ya mi eficacia y calidad como asesor, consejero y similares. Eso me tiene bastante contento, de hecho.
Alguno ha llegado a decir que “a lo tonto, hasta le hago terapia”. Es por eso que quiero hacer una pequeña oferta a la gente que resida en Guadalajara, Madrid y alrededores, y la podréis encontrar al final del artículo.
¿Será verdad este dicho popular? Incluso hace de título de una canción de Seasick Steve (un músico que descubrí recientemente). Escúchala pinchando en el siguiente enlace: You Can’t Teach an Old Dog New Tricks.
De un tiempo a esta parte, cada vez más personas han llevado a cabo estudios sobre el aprendizaje y la re-estructuración de los pensamientos, creencias e ideas más profundamente arraigadas en las personas.
Se dice en España, mi país de origen y crianza, que cuanto mayor es la persona más cabezona se vuelve. Cabezona, terca, cerrada… Da igual la palabra que usemos, lo interesante es la connotación. Esto deriva en uno de mis temas favoritos, que es el de la resistencia al cambio… Aunque no es el que tenemos entre manos ahora mismo, así que dejémoslo por el momento.
Muchas personas dicen tener una necesidad de cambio y sin embargo, presentan esta misma resistencia al cambio… Algunos concluímos que se debe precisamente a esa negativa (voluntaria o no) a darle cabida a ideas diferentes e ideas nuevas. Esto se manifiesta de dos formas muy curiosas, a saber:
- Ante personas en exceso cerradas o intransigentes: aparecen las posturas despreciativas, irrespetuosas y los ataques hacia quienes presentan -o representan- dichas ideas.
- Ante personas cerradas a incluir la idea porque consideran oportuno mantener su postura: puede ocurrir lo anterior o bien puede ocurrir algo totalmente diferente: el debate constructivo. Este tipo de debates suele resultar beneficioso para todas las partes pues contribuye al desarrollo y enriquecimiento de las ideas de todos.
Esta clase de situaciones las vivimos diariamente, por ello es algo que todos conocemos en cierta medida. Conversaciones con nuestros padres y amigos, con profesores, jefes, compañeros, vecinos… Es frecuente en personas con las que compartes tu vida habitualmente, pero también en personas que recién conoces.
Recuerdo casos tan notables como el de una persona que afirmaba que “le tengo miedo a las drogas”, por el hecho de haberle comentado que por decisión personal no las consumo. Ya que ni me gustan, ni me aportan nada (aparte del gasto económico, claro está). Sería éste un claro ejemplo de lo dicho arriba.
También recuerdo un caso donde una persona y yo chocamos porque le dije que no me gustaba alcoholizarme para acercarme a conocer personas, y que no me gustaba tratar con personas que fueran alcoholizadas. Hasta cierto punto es tolerable, pero a partir de cierto punto los efectos depresores del alcohol lo estropean todo.
Además, el punto más chocante para esa persona fue que yo piense que si hay alcohol por medio, ninguno de los dos tiene el mérito de llegar a estar juntos, sencillamente porque el alcohol haya facilitado las cosas. También le chocó que dijera que el alcohol, en especial si te pasas, es un arma de doble filo…
Ya que puedes llegar al punto de no recordar. Y eso, tanto para bien como para mal… Te priva de recordar lo que hiciste bien, por si quieres aprender de la experiencia, como lo que hiciste mal, por si quieres corregirlo.
Supongo que es buen momento de cerrar el escrito y dejar a los demás que aporten sus opiniones.
Abrazos!
Kheldar
Oferta a continuación:
Aquellos que lo deseen (y tengan la capacidad y libertad de desplazarse) pueden tener horas sueltas de asesoramiento personalizado que ofrezco (al estilo de las clases particulares y totalmente presencial, por eso la demarcación territorial), por el precio de 12 euros cada hora de sesión. Por supuesto, queda a elección de cada uno la cantidad de horas que solicitar.
La distribución de esas horas corre de mutuo acuerdo entre los solicitantes y yo, por motivo de las ocupaciones diarias (tanto las mías propias como de los solicitantes).
Es una medida diferente a la de los Cursos Intensivos y la del Coaching Personal, para aquellos que por razones personales prefieran un trato personal y no puedan contar con suficiente tiempo libre que dedicar a estas cuestiones.