Debo reconocer el ingenio de los estafadores. El acné es frecuentísimo, afecta a millones de personas en todo el mundo -especialmente adolescentes- pero no es peligroso. La fea estética convierte a estos pacientes en carne de cañón para cualquier novedad terapéutica barata e indolora u nada más sencillo que convertir el iPhone y otros smartphones en emisores de luces coloreadas. Se tenía que activar y ponerlo sobre la parte de la cara afectada. ¿Cuantas horas se habrán pasado fregoteandose?. Según los fabricantes unos minutos cada día. uno de los promotores, dermatólogo de Houston, afirmaba que su "trasto" empleaba 420 nanómetros de luz azul (con propiedades antibacterianas) y 550 nanómetros de luz roja (anti inflamatoria).
Dentro de poco aparecerán versiones de smartphones para la celulitis, arrugas, estimulación erótica... y, si no, al tiempo.