Muchas veces me he dicho "Cata, ¿Por qué no puedes ser más fuerte? ¿Por qué todo tiene que afectarte tanto?" y si bien antes consideraba que el ser muy sensible era mi peor defecto, ya no lo pienso así. Creo que el mundo de hoy se divide en la balanza del Amor y el Miedo; una balanza neutral para muchos, pero al existir el miedo, la tristeza y los sueños rotos las personas tienden a ocultar su faceta sensible utilizando caretas o simplemente reprimiendo lo que sienten o desearían sentir, pero por miedo es más fácil no hacerlo.
Para todas aquellas personas que se desaniman y se culpan de la mayoría de las situaciones que les ocurren porque consideran ser "demasiado sensibles" a ellos les digo que está bien porque en la sociedad de hoy en día el ser sensible, demostrar lo que sentimos y no reprimirnos por temor es una virtud.
Tal y como dice la frase:
"No siempre serás fuerte, pero siempre puedes ser valiente"
Así es, no siempre podrás lograr que una situación no te afecte. No siempre podrás evitar el dolor y la pena, es más; es un hecho que alguien te lastimará tanto que esa tristeza se convertirá en dolor físico (Y no sólo dentro del ámbito romántico, que quede claro), pero déjame decirte que está bien. Está bien sentir todas esas cosas al menos una vez en la vida, de hecho es necesario porque tan sólo así podremos darnos cuenta de lo valientes que somos como seres humanos.
"Me hicieron daño, ¿Por qué debería alegrarme con eso? ¿Por qué tan masoquista, Catalina?"
Simple: porque la vida no se basa tan sólo en sentimientos o estados como la felicidad, éxtasis y alegría. La pena, la soledad y desamparo también son reales y por ende también están para sentirse, por muy duro que sea.
Eres valiente porque no te cierras; te permites experimentar lo que la vida te ofrece porque sabes que no habrá otra y eso, eso te hace una personita inmensamente feliz además de única porque no tienes miedo a ser tú...claro, todo esto a pesar de que sabes que también hay riesgos y una posibilidad de salir herido/a, pero al final sabes que ese mismo dolor se convertirá en tu cura y volverás a bailar bajo la lluvia y harás que salga el arcoíris, pues así eres tú: Valiente.