No tenemos sueños baratos.

Por Saval

Publicado por Álvaro Saval

Que hoy se sortean 100 millones de euros, que no me van a tocar y que mañana saldrá el sol son verdades de este post. El resto es una opinión que puede ser verdad, mentira o un pedazo de basura ilegible. Pfffffff dice el anuncio, no sabemos qué es ese pffffff pero no tiene pinta de ser barato. Esto es lo importante de los sueños que no tenemos que saber los de los demás pero debemos imaginar que serán cosas grandes o maravillosas. Los sueños. Los objetivos debe ser concretos, alcanzables, cercanos. Pero los sueños deberían ser inabarcables. Bien por caros que es lo que viene a decir el anuncio (al final es un anuncio de lotería, se agradece que hable de dinero y no intente engañarnos con otras cursilerías) o bien, que es lo que planteo yo, por inalcanzables. El sueño de los 20 equipos que empiezan la liga debe ser ganarla. Luego los objetivos se adecuarán al nivel de la plantilla (aquí entra el dinero otra vez) y a una serie de factores que irán sucediendo durante la temporada (rendimientos, lesiones, calendario...). El sueño de cualquier persona que afronta algo debe ser que todo salga genial, mejor que bien. En el deporte es lo que mejor se ve pero también nos valen estudiantes que sueñan con ser el/la mejor en su profesión, gente que sueña con mejorar el mundo o con ganar un Nobel. Los sueños deben ser prácticamente inalcanzables.

El problema aquí, como en todo, es que el discurso oficial hace rebajar los estándares. El sueño entonces pasa a ser encontrar un trabajo más o menos estable y no muy lejos de casa, encontrar una pareja que me aguante, poder alquilar una habitación en un piso compartido...he ahí el gran éxito social de estos tiempo. Si usted convierte las aspiraciones, los sueños en cosas que hace pocos años eran objetivos tiene el camino libre para implantar nuevas ideas. ¿Trabajar gratis? Claro que sí, estoy cogiendo experiencia. ¿Sanidad privada? Claro que sí, soy una persona sana que nunca enfermará. Y así hasta el infinito.

Reivindico por tanto el derecho (y el deber) de soñar a lo grande. Y de plantearse las demás cosas, como objetivos. Pero los sueños, sueños son. Y si consigues alcanzarlos...PFFFFFFFFFFFFFFFFFF