¡No tengo tiempo!

Por Xavier Campos Gimeno

Cuantas veces habré oído o pronunciado la frase: “No tengo tiempo de hacer eso”, o “Me gustaría probar tal cosa pero no puedo”. Propongo eliminar este tipo de frases de nuestro vocabulario, aprovechando que tenemos una de las lenguas más ricas, por no decir la más rica, ¿porque no eliminar frases de nuestra lengua con el fin de poder hacer todo aquello que deseemos?

Durante una época de mi vida usé demasiado este tipo de frase, y creo, que eso me llevó a creérmelo, dando por hecho que no podía hacer ciertas cosas por el simple hecho de “no tener tiempo”. Entré en un periodo de mi vida en el que me movía del trabajo a casa y de casa al trabajo, y las pocas cosas “extraordinarias” que hacía me atrevería a decir que las hacía sin ánimo, o no con todo el ánimo que debería tener al realizarlas.

Como defienden muchas personas, el repetirte las cosas una y otra vez hace que al final eso se acabe convirtiendo en realidad, o que, al menos, tu mente acabe pensando realmente que no hay tiempo para hacer según qué cosas. Por eso os animo a todos a eliminar este tipo de frases de nuestro vocabulario y cambiarla por frases más positivas del estilo: “No sé cuándo, pero lo hare seguro”.

Obviamente el cambio para estar más activo, para realizar todas aquellas actividades que alguna vez hemos querido hacer y no hacemos penden de un primer acto de voluntad, un esfuerzo “titánico” desde la perspectiva del que no hace nada y un pequeño paso para aquel que hace todo tipo de actividades, es por eso que todos aquellos que son más activos deben premiar el esfuerzo, por poco que sea, del que no es tan activo, apoyándolo, motivándolo y aportándole ideas si cabe para que su esfuerzo sea más llevadero.

En mi caso empecé realizando un curso, un día a la semana, un hora, fuera de las horas de trabajo, poco a poco, con el paso del tiempo la hora se multiplicó como por arte de magia, de pronto pasó a ser un par de horas a la semana, haciendo taichí, sevillanas, flamenco, cursos de quiromasaje… en algunos casos, cosas que siempre había querido hacer, pero que “nunca tuve tiempo de hacer”, en otros casos, cosas que nunca imaginé que terminaría por hacer.

Algo muy importante es tener cosas pendientes de hacer, es decir, siempre tener algo por hacer, más de una cosa, de esta manera siempre podrás escoger aquello que te salga más rentable en ese momento o aquello que te apetezca más probar, también el tener cosas pendientes de hacer nos da una vidilla especial.

A todos aquellos que hemos usado o que continuan usando el tipo de frase que ya no existe en mi vocabulario, os digo que el cambio se acerca, cada vez estamos más cerca de conseguir hacer todo aquello que nos propusimos un día, y que sólo hace falta una cosa, tu voluntad, tus ganas de hacerlo.