Nódulos queloides

Por Demoniatentacion
Te hiciste tres perforaciones en el lóbulo de la oreja para colgarte tres aritos. Un mes más tarde, descubres un bultito duro que parece extenderse e hincharse, duplicando el grosor de tu lóbulo. Y para colmo de males, te produce picazón.
POR QUE NO ASUSTARTE: El bulto es probablemente un queloide, un tipo de cicatriz que se forma cuando la piel se regenera demasiado al sanar, produciendo exceso de tejidos de cicatriz.
CUANDO LLAMAR A TU MÉDICO: Haz una cita para ver a tu dermatólogo antes de que pase una semana de haber notado que la cicatriz descolorida e inflamada. Los queloides no son peligrosos, pero pueden ser desagradables a la vista. Y mientras más rápido podrás hacerlo desaparecer.
POR QUE TÚ, POR QUE AHORA: Cuando la piel se daña, las células del tejido correctivo (fibroblastos) se activan para producir tejido-mayormente colágeno-y rellenar los orificios. Normalmente, el cuerpo señala cuando detener el proceso curativo. Pero a veces la señal no funciona y la producción de colágeno continúa, provocando esas gruesas cicatrices. Eso fue lo que le pasó a Carlota, de 23 años. "Lo que empezó como una marca de sarampión, se convirtió en una inflamación púrpura después que me rasqué compulsivamente. Cuando mi dermatólogo la revisó, descubrió que era un queloide y pude respirar aliviada".
Todas las personas son suceptibles de padecer queloides, pero las de raza negra son más afectadas. Esto se debe a que los queloides se forman con más frecuencia en las personas de piel oscura.
Pero independientemente del color de tu piel, los queloides pueden ser consecuencia de cualquier trauma en la epidermis, incluyendo, acné, tatuajes, las cortadas, las quemaduras, las vacunas o hasta rascarte constantemente.
LO QUE HARÁ TU MÉDICO: Inyectarle una dosis de esteroides al queloide con el fin de reducir la inflamación y detener la producción de colágeno. Otro tratamiento es la compresión, que consiste en aplicar una presión constante con una venda o con un instrumento especial. El proceso de compresión puede detener el crecimiento del queloide o incluso hacerlo desaparecer. Por regla general, no se recomienda su extirpación por medio de la cirugia, porque en el cincuenta por ciento de los casos se vuelve a formar otro queloide.