Hoy les quiero llevar a un lugar que he descubierto esta semana y que me ha sorprendido mucho. Se llama Kex Gostel y está en pleno centro de Reikiavik (Islandia). No, no se asusten, esta semana he estado en Madrid y no he pasado por allí personalmente, lo descubrí navegando por internet.
Lo sorprendente de este sitio, es que antiguamente era una fábrica de galletas, y a finales del año 2010 se hizo una tremenda reforma para conseguir este cálido hostal. Podemos decir que es una reencarnación hotelera, un lugar con una vida pasada.
El edificio no invita a pasar, aspecto sobrio y frío, muy industrial, pero créanme, el interior es la antítesis del exterior. Un espacio ligero, aire retro y muy muy acogedor.
Todo esto comenzó cuando un par de amigos estaban rodando un anuncio en esta vieja fábrica de galletas abandonada, Kex significa galleta. Al finalizar el rodaje, ellos mismos empezaron a imaginarse aquel sitio lleno de turistas, de gente con ganas de pasarlo bien, con ganas de reunirse y comer bien. Sus primeros pensamientos no fueron dirigidos hacia un hotel, si no a un restaurante o a un lugar de actividades sociales, pero después de estudiar el espacio, decidieron que el gran potencial para este espacio era un albergue.
Los tres pisos de esta antigua fábrica fueron derruidos, dejando así a Halfdan Pedersen (socio mayorista de este lugar) y a su socio, una sábana en blanco para crear todo lo que ellos tenían en la cabeza. Comenzaron a construir con madera recuperada, inspirándose en Bob Dylan, Neil Young, Paul Weller, anuncios de Paul Smith, edificios industriales y muchas cosas más…
Para conseguir esta maravillosa decoración Pedersen y su esposa viajaron por todo Estados Unidos para elegir personalmente cada uno de los elementos que forman parte de este peculiar albergue. Todos ellos de segunda mano, desde bancos de una iglesia Amish, lámparas de bunkers de la Segunda Guerra Mundial a lámparas de la Bauhaus.
Una cafetería y un bar, una sala de estar, un patio al aire libre, un punto de información turística, lavandería, gimnasio, conexión a internet, dos pequeñas cocinas para los huéspedes y cómodas habitaciones hacen de este lugar un sitio típico islandés, donde la relación con los 138 alojados en este sitio es prácticamente continua. Conciertos en directo, estrenos de cine en la sala común, música en directo y muchos evento más se dan lugar en las zonas comunes de este albergue.
Kex Hostel es un lugar rebosante de personalidad, cada pieza de decoración tiene una historia que contar, como les he dicho antes son materiales recuperados y encontrados a través de diferentes fuentes. Pedersen quiso combinar el pasado de Islandia con un toque moderno e internacional. Lo consiguió, y consiguió también un espacio industrial con muebles de época que logran así dar un toque hogareño y ecléctico a este lugar.
Las habitaciones son muy ligeras de decoración, ya que la filosofía del lugar el estar en contacto con la gente que se hospeda en el mismo, conociendo diferentes culturas o disfrutando de las galletas recién horneadas que ofrecen en la cafetería homenajeando a los tiempos pasados de Kex Hostel.
Me ha sorprendido la recuperación de tanto elemento y la transformación de una fábrica a un hermoso albergue. Sin pensármelo dos veces será mi alojamiento cuando el destino me deje caer por la “Tierra de Fuego y Hielo”.
Les dejo los datos de este albergue por si tienen pensado pasarse por allí alguna vez en su vida:
Skúlagata 28
101 Reykjavík,
Iceland | +354 561 6060
¿Qué les ha parecido? ¿Lo elegirían para que fuese su hostal en Islandia?
Sean Felices