Entré al gimnasio como todas las mañanas, me fui a las espalderas a dejar mi toalla, cuando la veo en una de las bicicletas.
¡¡¡AHHHHH ahí está una de mis chicas, es la hermana del Andres!!!
Me pongo en la bici de al lado. 15 minutos de sesión relajada, que si quieres pedalear y andar es complicado.
-¡Hola buenos días!
-¡Hola buenos días!
Venga Dolega, tú con todo el morro pregúntale que tal van los preparativos. Todo será que te mande a paseo por meterte donde nadie te llama.
-¿Bueno, que tal van los preparativo de la boda?
-¿La boda? La boda quedó muy bien, un poco accidentada pero muy bien todo.
-¿¡Que ha sido ya, pero cuando!? ¿Cómo que accidentada?
Mi chica me mira un poquito extrañada por mi interés, pero me empieza a relatar los aspectos más generales del acontecimiento…
-El sábado pasado. Si, quedo todo muy bien y nos lo pasamos de miedo. Pero es que con el tema de la vuelta ciclista, pues hubo un poco de lio.
-Pues fíjate que ese día pasé yo por la iglesia por la mañana y claro, tenían cortada la carretera así que tuvo que ser incómodo.
-No, si la carretera la tuvieron cortada hasta las cinco de la tarde y la boda era a las seis. El tema vino porque el Andrés es muy aficionado a la bici y se subió con un primo nuestro a la bola del mundo a ver la etapa y claro, estaba mi cuñada que echaba humo.
Estoy desolada. No puedo creerme que en un pueblo tan pequeño, se me haya pasado la boda del año y ¡con el novio en la bola del mudo viendo la vuelta a España!
-Hombre un poco justo de tiempo sí que andaba ehh, porque la etapa terminó sobre esa hora. ¡Hay la pobre!
Ella se echa a reír como quién va a contar una gracia de su niño.
-¡Es que el Andrés es un cabrón! Mira que es mala leche casarte el mismo día que pasa la vuelta por aquí, jajaja. Y claro, él dijo que se subía y que se subía. Que le daba tiempo, porque quería pedirle un autógrafo a Perico Delgado que es muy fan suyo.
Y ¡Oye! Fue verdad porque llegó a tiempo. Pero la pobre ¡Hay lo que sufrió, hasta que lo vio llegar a la iglesia!
-¿Cómo que lo vio llegar? ¿¡Llegó ella primero!?
-Toma, a ver… estábamos ahí todos esperando a que llegaran el Andrés y el primo Tomás. Porque entre que bajaron en cuanto se terminó la etapa, entre vestirse y eso, pues ya me dirás.
Le pongo cinco minutos más a la máquina del pedaleo. Sé que es una imprudencia.
- ¡Hay por Dios, pobrecilla!
-Naaa si al final la sangre no llegó al rio y se lo pasaron muy bien. Es que hay que entender que para él es muy importante la vuelta. Mira, se chupa todas las etapas por la tele y claro, cuando viene la etapa aquí a casa, ¡Pues oye, que le hace ilusión verla!
Además, si ya se lo decía su madre: “Claro que llega, tonta cómo no va a llegar y si no que se espere el cura, si el chico está al caer”
¡Si vieras lo contento que venía con el autógrafo de Perico Delgado en una camiseta!
Yo pedaleando e imaginando la escena de la novia esperando en la iglesia a que el novio venga y llega él, dando voces, enarbolando la camiseta con el autógrafo…
-Oye, perdona mi ignorancia, pero ¿Perico Delgado sigue corriendo la vuelta? Porque yo lo recuerdo de hace unos años
-¡No! Ahora está en la tele. Pero es que para el Andrés es un ídolo.
-Ahhhh
-¿Y qué tal iba tu cuñada? Que el día que os vi aquí en el gimnasio estaba la pobre nerviosa por el acontecimiento, ¡Como es normal, por otra parte!
Lo siento, no me atreví a preguntar lo de las ingles japonesas.
-¡Ahhh esa! Bien, la verdad es que al final estuvo mona. A ver si me entiendes, solo mona porque guapa lo que se dice guapa no lo ha sido nunca, ya ves… Pero estaba muy estilosa, porque el vestido era muy bonito y ya sabes que ese día, maquillada y peinada pues casi casi que no hay novia fea.
-No, pero la chica es muy mona, además parece muy buena persona.
-No, si mala no es. Mujer, tampoco es que sea una santa, para que vamos a engañarnos, pero el Andrés y ella se entienden bien así que eso es bueno.
-Ah no, eso es lo mejor. Si se entienden bien… Además se ve que tiene mucha paciencia.
Siento el sudor que me corre por la espalda a chorros, pero le pongo otros cinco minutos a la máquina de pedalear…
-Pues fíjate que me he acordado yo de vosotras estos días y me extrañaba no veros por aquí.
-Ufff es que hemos estado ocupadas con los preparativos ya sabes que esas cosas hasta que se preparan y se tiene todo arreglado. Y es que esta cuñada mía es “mu” maja pero es muy paradita, tienes que estar diciéndole las cosas, porque sino, no da hecho nada.
- ¿Dónde se han ido?
-A Canarias, al final a Canarias. Andaban que si para un sitio, que si para otro y al final se han ido a Tenerife unos días.
-Pues muy bien, porque Tenerife es precioso y tiene muy buenos hoteles para pasar una luna de miel.
-Sí, ellos se han cogido un apartamento que les gusta más, porque chica los hoteles, eso de tener que estar comiendo por ahí todo el día y luego si no te gusta la comida, es un rollo.
Yo se los dije. ¡Pero dónde vais a un hotel! Un apartamento es mil veces mejor, que te haces lo que quieres y te levantas a la hora que se te da la gana, hombre dónde va a parar.
-No, claro, claro dónde va a parar.
De repente empiezo a sentir calambres en las piernas y es que por estar de investigación periodística llevo demasiado tiempo montada en la maquina del pedaleo.
Me bajo y casi no soy capaz de andar.
-Pues nada, que ya nos veremos por aquí. Cuando veas a tu cuñada le das saludos de mi parte.
-Claro mujer, no te preocupes que se lo digo. Oye vas fatal de las piernas tú, ¿No?
-Es que hoy me he pasado con la bicicleta.
A duras penas he logrado llegar al coche. Me he montado y cuando he metido la tercera marcha he decidido que el coche podía llegar perfectamente en tercera a casa. Me he arrastrado hasta el portátil y me he tumbado en la cama a escribir.
Lo siento chicos, ¡nos hemos perdido la boda del año, snif!