Nos quemamos todos

Por Masqueudos

Esta mañana me levanté pronto y fui a dar un paseo por el campo. El día estaba raro y enseguida me di cuenta, por el color del cielo y por el olor, de que algo pasaba. ¡Un incendio!, pensé, pero esto es La Armuña y pudiendo recorrer kilómetros a la redonda con un solo vistazo me di cuenta de que no se estaba quemando nada. Y estaba equivocada: nos quemamos todos.

Arde Zamora y la ceniza llega a Salamanca. Arden Las Hurdes y no es un incendio de Cáceres. Arde la península por todas partes y nos extraña que el día esté gris, que huela a quemado. Total, hay tantos kilómetros de distancia…

El fuego no entiende de fronteras ni de grupos políticos, no sabe cuándo son las elecciones no cuánto cuesta cada casa que quema. El fuego era, para muchas doctrinas antiguas, uno de los constituyentes básicos de la materia junto al agua, el aire y la tierra y los cuatro explicaban el funcionamiento de la naturaleza.

¿A alguien la queda alguna duda de lo que nos están intentando decir ahora? Que llevamos mucho tiempo sin cuidarlos, que nos hemos acostumbrado a intentar controlarlo todo y no se puede, que es la fuerza de la naturaleza la mas poderosa que existe e intentamos combatirla a través de los que nos gobiernan como si fuera una responsabilidad política en lugar de una responsabilidad personal. Y nos equivocamos.

Cuando hay un incendio nos quemamos todos porque mañana puede ser tu casa, tu pueblo, tu Tierra. Y de poco sirve esperar a la maquina de Diputación, a la ayuda de los fondos Feder o al operario del Ayuntamiento.

Mi padre me dijo ayer que iba a limpiar un poco la cuneta y no es suya. O a lo mejor es tan suya como tuya y si cada uno asume un poco de lo que tiene cerca empezamos a cambiar ligeramente las cosas.

Es hora de prestar atención a los que sienten la Tierra como propia: a los que la labran, la pastorean, que reconocen los trinos de los pájaros y saben cuándo el viento anuncia tormenta sin que haya una sola nube en el cielo. Saben mas que muchos otros que creen tener respuestas y no las están buscando en los lugares adecuados.

Escuchadles a ellos.

Escuchad a la Tierra.