Con esto de que tengo un blog de moda y que somos amigas desde hace más de veinte años, el día en el que Marta me dijo que me tenía que pedir un favor, me ví mirando tendencias de novias, visitando tiendas de futuras casaderas y descartando modelos y complementos hasta dar con "el vestido". Pero no, ¡error! Por primera vez, en mi vida, sería maestra de ceremonia. ¡Y cuánto disfruté!
Para este gran evento, elegí, una vez más, mis pantalones morados de Adolfo Domínguez, que ya lucí en marzo en la boda de mi primo, camisa blanca y tocado en tonos grises. Después ya le añadí bigotes, collares de hawaiana, boas de colores...¡y muchas risas!