...Hoy han levantado el castigo a El Esclavo, y le ha dicho, que irá a verla esa misma tarde. Él ignora lo del cine y la carta fuera de encargo que le ha escrito. No pierde el tiempo y emplea sus influencias para salir del colegio y verla antes de que lo haga su amigo. Cuando llega a su lado, la coge la mano y víctima de sus dotes de poeta le dice: nosotros sólo queríamos volar, pero no sabíamos cómo batir nuestras alas. Entonces, una lágrima afloró en su mejilla y antes de que ella se pusiera a llorar, le dijo que la quería.
Microrrelato de Ángel Silvelo Gabriel