«Qué, ¿a ver a Pablito?», preguntaba ayer por la noche un taxista a una mujer y a una niña que estaban a punto de montarse en el coche. No es extraño que adivinase el destino. Lo sabía gracias a las decenas de fans (eran, en su mayoría, chicas) que han aguardado durante diez días en las puertas del Estadio de Fútbol El Pozuelo de Torremolinos para estar en la primera fila del concierto que Pablo Alborán dio allí anoche. Acudieron más de 6.000 personas, según la organización. Sí, hubo ‘sold out’, y se preveía. Y sí, eran en su mayoría adolescentes (venidas incluso desde distintos puntos de España, como Tenerife o Murcia) las que esperaban bajo un sol de justicia (con cartas, ‘tuppers’ y tiendas de campaña incluidas), pero entre ellas también había adultas. Alguna, incluso, ha pedido permiso en el trabajo para poder lograr uno de sus sueños. A este criterio musical más maduro se une uno al que es difícil (hasta irrespetuoso) rebatir: el de Joan Manuel Serrat. El cantautor español por antonomasia contó recientemente con el cantante malagueño en su disco ‘Antología desordenada’, en el que Alborán interpretó ni más ni menos que ‘Paurales d’amor’.
Muy puntualmente (a las 22.30 horas) apareció Pablo Alborán en el escenario y lo hizo cantando ‘Está permitido’, una de las canciones más optimistas y vitalistas del malagueño, incluida en ‘Terral’, su último disco y también el que da nombre a su actual gira, que pronto le llevará a cruzar el charco, pues con ella visitará ciudades como Nueva York o Miami. El cantante quiso continuar con las buenas vibraciones con las que comenzó el concierto a ritmo de ‘La escalera’. No dudó en botar entonces, micrófono en mano. Y tras la introducción tocaba saludar, soltar la frase que siempre hace sentirse al público especial, pero que Pablo Alborán pronunció anoche sintiendo cada sílaba.
«Muy buenas noches familia. Ay, Dios, mi casa. ¡Qué ganas tenía de llegar!», dijo el cantante, que por supuesto se acordó de su público más apasionado, pues dio las «gracias de corazón a la gente que lleva más de diez días haciendo cola». Tras estrenar el piano con ‘Recuérdame’ (casi se oían más las voces femeninas del público que la suya), lo que siguió tuvo un sabor más tropical que hizo bailar a la audiencia y al propio Alborán. La canción ‘Quimera’ es un claro ejemplo de ésto, donde la trompeta es protagonista.
«Yo siempre digo que el mejor premio es tener un lugar donde volver, y poder volver aquí una y otra vez es un regalo», decía el cantante antes de entonar ‘Volveré’, una canción «especialmente dedicada» a los malagueños. Y lo cierto es que no dejó de hacerles guiños (en el tema ‘Caramelo’ también hace una referencia a su tierra) que le devolvió el público a través de sonoros «¡Málaga te quiere!».
Quedó patente ayer que precisamente ellos, sus seguidores, disfrutan (aún) más cuando Pablo Alborán tiñe su pop melódico de aires aflamencados. Por eso, destacó especialmente el momento en el que el cantante tocó el cajón flamenco antes de cantar ‘Miedo’, aunque cuando más partido sacó a sus quejíos fue en ‘El beso’, una de sus canciones más exitosas, perteneciente a ‘Tanto’, su segundo álbum. Y desde entonces no cesaron los ‘hits’: ‘Solamente tú’, ‘Te he echado de menos’, ‘Perdóname’, ‘Dónde está el amor’, ‘Volver a empezar’ o ‘Gracias’, en la que Alborán dice vivir «en una nube». Ayer la compartió con más de 6.000 personas.
Conciertos > 2015 > Tour Terral @ Campo de Fútbol El Pozuelo, Torremolinos (01.08.15)
Fuente: Diario Sur.