Para triunfar en el mundo de la música no solo se necesita talento, además hay que tener un carisma especial para llegar al público y trascender más allá de los acordes. Pablo Alborán es el fiel reflejo de todo lo que tiene que englobar un artista para cautivar a la gente, y así lo demostró durante su primer noche en el Luna Park. Simpático, agradecido, con una voz que atraviesa los sentidos y un ángel que cautiva a quién lo escucha, hizo vivir una noche única a quienes se acercaron a disfrutar de su arte.
Después de tomarse un respiro de dos años, para reconectarse consigo mismo y poner su ser en equilibrio, el español volvió al ruedo en su mejor versión con el tour Prometo.
Una gran pantalla led que servía como telón de fondo comenzó a iluminarse con los primeros acordes, mientras su voz sonaba como eco por todo el estadio anunciando promesas. Los gritos de los fans inundaban el lugar, cuando apareció él en el medio del escenario para interpretar los primeros tres temas de la noche: No vaya a ser, Pasos de Cero y La Escalera.
"Esto es un sueño para mí, para todo el equipo. Estamos súper emocionados y nerviosos, estamos realmente felices de poder estar en el Luna Park, y sobre todo de poder hacer dos noches, y eso es gracias a todos vosotros", decía sin dejar de sonreír, mientras el estadio suspiraba y gritaba su nombre. "Gracias de corazón por hacerlo posible, gracias Buenos Aires por abrirme los brazos desde el primer minuto que llegué aquí hace siete años. Gracias por vuestra generosidad, por vuestro amor incondicional, por cuidarme y por hacer que mi música siga viva. Soy vuestro, lo seré siempre".
La fiesta continuó al ritmo de Donde Está El Amor, Recuérdame, Cuerda Al Corazón y Quimera, entre otros éxitos. Cada vez que Pablo se animaba a bailar, acompañado de sus músicos que lo seguían en las coreografías, el público estallaba en gritos. Después de interpretar una de sus canciones más populares, Tanto, llegó el momento de los lentos. Sentado en una butaca y con guitarra en mano, el malagueño demostró que no solo tiene una gran voz, sino que también sabe tocar el instrumento.
Perdóname, Te he echado de menos y Al paraíso fueron los temas que antecedieron a uno de los momentos más lindos de la noche. Cuando los primeros acordes de Saturno comenzaron a sonar, el estadio entero tomó sus celulares, encendiendo las linternas e iluminando el lugar como si fueran estrellas. Emocionado y sin poder creerlo, el cantante no pudo dejar de agradecer el mágico momento vivido. "Te amo Buenos Aires".
Esa no fue la única sorpresa que su público le tenía preparada a él. Ya casi sobre el final del show, mientras Alborán bailaba y cantaba el tema Vivir, todos los presentes pusieron sus manos en alto sosteniendo pañuelos blancos y convirtiendo el Luna Park en una fiesta.
Llegaba la hora de despedirse y la gente comenzaba a sentirlo. Después de presentar a su banda y de simular que se iba, un gran piano de cola ingresó al escenario mientras el público pedía "una más". Pablo volvió a aparecer en escena y otra vez demostró que además de cantante es un gran músico. Sentado en el piano, tocó y canto en versión acústica Solamente Tú y la canción que le dio nombre a la gira, Prometo.
Ni bien terminó, el resto de los músicos volvió para interpretar junto a él los dos últimas éxitos de la noche: Éxtasis y Vívela. "Gracias Buenos Aires, realmente me han hecho emocionar. ¡Nos vemos mañana!", anunció con una gran sonrisa en su cara, mientras abandonaba el escenario con la emoción a flor de piel, dejando a su público feliz una vez más.
Fuente: La Nación.
Conciertos > 2018 > Tour Prometo @ Luna Park, Buenos Aires (14.04.18)