Pasó Pablo Alborán por Gran Canaria y lo hizo con un vuelo ligero que fascinó a sus fans. El malagueño, de vuelta a la carretera tras dos años de pausa voluntaria, ejecutó una ecuación perfecta: tiró de clásicos, lució el encanto de su voz cálida para dar forma a sus partituras más suaves y puso a bailar al Gran Canaria Arena con ritmos tropicales en una bonita velada. Es esa última faceta, la que tiene su raíz en ritmos caribeños, la que marca la evolución de un artista que, más allá de gustos, filias y fobias, ya luce la etiqueta de grande: anoche puso patas arriba un pabellón que acogió a siete mil incondicionales. Es lo que tienen las matemáticas: no engañan. Y la promesa de Alborán es real.
No vaya a ser, una canción incluida en su última obra - Prometo-, marcó el camino: abrió el concierto y trazó esa nueva ruta en el repertorio de Alborán: los ritmos latinos urbanos tienen hueco en las notas de un tipo que se crió al son que marcaban las guitarras de su padre y de su hermano, que en su casa escuchó flamenco, fado y canción francesa, y que aporreó el éxito a base de canciones delicadas.
La travesía Alborán junto a sus siete mil fans grancanarios prosiguió por caminos habituales, por canciones de sus tres álbumes anteriores aderezadas con alguna de su último trabajo -como Lo nuestro-: Pasos de cero, La escalera, Dónde está el amor, Recuérdame, Quién, Cuerda al corazón, Quimera o Tanto.
Consumido el primer tercio del recital por un repaso por temas que se cantaron en el Gran Canaria Arena como victoria seguras -sus fans no perdonan el coro en ninguna de las letras-, Alborán se permitió un momento íntimo en una circunstancia multitudinaria: agarró la guitarra, se sentó en un taburete, dio permiso a la banda y se marcó un medley que arrancó que Perdóname.
Nuevo disco
La intensidad de ese momento abrió las puertas del tramo más bailongo de la velada. Saturno, un tema incluido en Prometo, certifica a la perfección la esencia de los nuevos aires que marcan los pasos de Alborán: delicada y sabrosa, tan malagueña como caribeña. Por esas latitudes también se balancea una canción como Boca de hule, Idiota y Vivir. Y entre medias, pequeñas treguas de tono más clásico: La llave, Curo tus labios o Tu refugio.
Con 22 canciones ya registradas en directo sobre el escenario de Siete Palmas -y la máquina, artista más banda, bien engrasada tras recorrer Sudamérica y parte de España con el nuevo tour durante los últimos meses-, el artista malagueño enfiló sus pasos hacia el camerino en busca de un respiro, recargar la batería y planificar el asalto final. Con el público en plan insaciable, los bises arrancaron en todo lo alto: Alborán se sentó al piano para interpretar Sólamente tú, tal vez la canción más esperada por buena parte de sus seguidores que rozaron el lleno en el Gran Canaria Arena.
Traca final
Fue ese el primer single del cantante andaluz, el tema que le permitió tirar abajo la puerta de la industria: doble disco de platino. Con el público entregado a la causa antes de salir de casa y rendido sin condiciones tras los acordes de Sólamente tú, Alborán enlazó tres canciones que le permiten dar forma a su metamorfosis y volar ligero: Prometo, Éxtasis y Vívela.
Las tres sonaron como una declaración de intenciones: el plan de un artista que aspira a ser algo más que un buen intérprete de canción melódica, una bonita voz o un buen baladista. Tras un parón decretado de motu proprio, Alborán ha regresado para lanzar un carrera que ve mucho más allá de letras que hipnotizan a jóvenes que orbitan alrededor del amor. Y su desafío es mantener un sello propio sin perder el paso de los tiempos que corren.
Fuente: La Provincia.
Conciertos > 2018 > Tour Prometo @ Gran Canaria Arena, Las Palmas de Gran Canaria (20.07.18)