Los
investigadores del Instituto Hohenstein en Boennigheim, Alemania, han
desarrollado un chaleco que, una vez colocado en el paciente, puede ofrecer un
enfriamiento rápido. El sistema depende de un cartucho de zeolita que
libera su contenido en el volumen de agua dentro del chaleco, enfriándolo por
adsorción y así al paciente. Los investigadores creen que este tipo de
dispositivo algún día será parte de los paquetes de desfibriladores externos
automáticos (DEA), permitiendo que los espectadores que lograron mantener a la
persona viva ofrezcan un nivel aún mayor de cuidado sin ningún tipo de
formación previa.El
daño cerebral posterior al paro cardíaco puede reducirse efectivamente
enfriando el cuerpo del paciente lo más pronto posible, hasta los 33 ° C.
Los sistemas comerciales actuales están destinados a ser utilizados por los
paramédicos o por el personal clínico en la sala de emergencias, pero enfriar a
los pacientes lo antes posible y llevar esta tecnología a más sitios puede
ayudar a más personas a sobrevivir con mejores resultados.