Este verano está siendo, como mínimo, inusual para la climatología habitual de esta temporada, ¿verdad?. No sé en otras regiones, pero en Madrid el tiempo está verdaderamente loco. Las novias del fin de semana pasado tuvieron que pasar frío de verdad; yo estuve en la sierra con pantalón largo, sudadera y calzado cerrado y ni con esas…
En estos casos lo mejor es tener preparado un plan B. Después de meses de preparativos, de pruebas, de elegir vestido y calzado acorde a unas fechas en las que previsiblemente todo va a ir acorde al esquema habitual, un poco de frío no puede ni arruinarte el día ni el estilismo.
¿Te imaginas después de tanto tiempo y esfuerzo terminar el día de la boda con una chaqueta de caballero o la del chaqué del novio? Oh, dioses, nooooo. Y por eso, por si acaso el día de tu boda también se baña de cierto frescor, hoy quiero que veas cómo un chal puede sacarte del apuro sin que pierdas un ápice de tu femineidad ni de tu estilo.
Las pashminas son un recurso infalible y te dan, además, la posibilidad de añadir algo de color al conjunto. Los chales de punto y ganchillo también son perfectos para lo que estamos tratando y si quieres, también pueden añadir color en lugar de llevarlo en cremita o blanco roto.
¿Y qué me decís de nuestro mantón de Manila?. Me encanta cómo queda en novias e invitadas y si no, mirad esta foto de Chenoa con uno de ellos.
Esperamos que tengáis un tiempo envidiable en vuestro gran día. Y si no, ya nos mandaréis qué chal habéis elegido :)
Fotografía vía Pinterest
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